_
_
_
_

De viaje por el sistema solar

La nave 'Galileo' llega a Júpiter y numerosos proyectos renuevan el interés por la exploración planetaria

Seis años ha tardado una nave lanzada desde un transbordador en alcanzar las cercanías de Júpiter. La pasada semana, la Galileo iniciaba la etapa final de su viaje, con la separación de una sonda que será la primera que se introduzca en la atmósfera del planeta gigante, remedando lo que hizo e año pasado el cometa Shoemaker-Levy, con la ventaja de que contará lo que siente. Mientras la sonda se dirige derecha a su objetivo, la nave lo hace hacia su órbita prevista, desde la que observará el planeta y sus lunas durante ante dos años. Para entonces habrá recorrido 4.000 millones de kilómetros en su largo paseo por el sistema solar para obtener impulso del tirón gravitatorio de otros planetas. Gracias al intenso trabajo de remodelación informática a distancia llevado a cabo desde que se descubrió que no se había desplegado bien su antena principal, cumplirá gran parte de sus objetivos, aunque los datos llegarán a la Tierra con cuentagotas.La Galileo es la última nave de su generación, un proyecto grande, complicado y muy caro, concebido hace ya mucho tiempo, similar a la Magallanes, que exploró concienzudamente Verus, y el Mars Observer, que se perdió el año pasado cuando iba a llegar a Marte. Estas tres naves, junto a la Ulysses europea, que está sobrevolando el Sol, han mantenido vivo el interés por la exploración del sistema solar, tras un parón de más de 10 años.A ellos se unirán próximamente numerosas misiones estadounidenses y europeas, pequeñas y tecnológicamente avanzadas, de los que se espera un gran salto en el conocimiento del espacio más cercano a la Tierra.Bueno y barato

Bueno y barato es el lema reciente de la NASA, que ha puesto en marcha un programa de misiones pequeñas en coste, tamaño y plazos, denominado Discovery (descubrimiento en inglés) con el objetivo de salir de los engorrosos retrasos que han acompañado a sus ambiciosos y costosos proyectos de exploración del sistema solar en los últimos años por los fallos técnicos y los recortes de presupuestos. De estas misiones, dirigidas por el Jet Propulsion Laboratory, dos ya están en marcha, la cita con un asteroide cercano a la Tierra, el Eros, hacia el que se dirigirá una sonda en febrero de 1996, y la misión Pathfinder, la vuelta a Marte.

Entre los 28 presentados por la comunidad científica estadounidense se ha seleccionado recientemente el Lunar Prospector, que realizará, desde una órbita de la Luna, a partir de mediados de 1997, un mapa de la composición química de la superficie lunar, así como de sus campos magnéticos y gravitatorios. Un atractivo añadido es dilucidar si existen acumulaciones de hielo en los polos lunares, algo muy importante para la futura presencia del hombre en la Luna.

Otros tres proyectos han sido preseleccionados. Stardust atravesaría la cola del cometa P/Wild 2 para tomar, por prime ra vez, imágenes y muestras que volverían a la Tierra. Una misión a Venus soltaría 16 pequeñas sondas sobre ese planeta para es tudiar su circulación atmosférica. Y el proyecto Suess-Urey proporcionaría por primera vez a los científicos muestras de las partículas emitidas por el Sol.El camino hacia Marte

Abrir el camino para un ambicioso programa de exploración de Marte es el objetivo de dos misiones, la ya citada Pathfinder y el Mars Global Surveyor. Ambas se lanzarán con pocos días de diferencia, en noviembre o di ciembre de 1996, para aprove char la situación favorable del planeta rojo respecto a la Tierra. El Global Surveyor tardará 10 meses en llegar a Marte. Su objetivo es realizar el primer mapa global del planeta, para lo cual se situara en orbita y transmitirá datos sobre la topografía, la existencia de minerales y la circula ción, atmosférica de Marte.

El otro proyecto, el Pathfinder, es original en varias cosas. En primer lugar, por primera vez una nave aterrizará directamente sobre el planeta sin antes entrar en órbita alrededor de él. Esto acorta el viaje, que se reduce a

Continúa en la página 30

Viene de la página 29

menos de siete meses. Cuando llegue, en julio de 1997, ayudado por paracaídas, bolsas de aire y retropopulsores, la nave desplegara sus paneles solares y su cámara mirará alrededor.

Además llevará un pequeño vehículo robotizado todoterreno (véase recuadro) que permitirá ampliar el área explorada en un radio de unos 10 metros, aunque funcionará durante sólo algunas horas cada día porque se alimenta básicamente de energía solar y la atmósfera marciana tiene mucho polvo. La misión diseñada para obtener los datos más importantes en los tres primeros días, antes de que puedan resultar dañados los aparatos por las duras condiciones (entre 0 y - 100 grados centígrados de temperatura). Si resisten, se puede prolongar el trabajo. A estas dos misiones seguirán previsiblemente otras, al menos cuatro en un decenio. Aumenta la flota

La flota de instrumentos científicos en el espacio se verá en los próximos meses aumentada por nada menos que tres misiones de la Agencia Europea del Espacio (ESA). El estiramiento en el tiempo de los plazos de algunos de estos programas, por motivos técnicos o presupuestarios, ha dado lugar a una acumulación de lanzamientos entre septiembre y enero, que si tienen éxito van a dar una explosión de datos en los próximos años.

En septiembre se producirá el largamente esperado lanzamiento del telescopio espacial de infrarrojos ISO, un instrumento muy complicado que durante un año y medio observará las fuentes muy débiles de radiación infrarroja (desde el sistema solar hasta los objetos situados fuera de nuestra galaxia), que sólo se pueden observar desde fuera de la atmósfera terrestre.

A finales de octubre llegará al espacio el Soho, otro observatorio astronómico, éste dedicado al Sol. No permanecerá en órbita de la Tierra, sino que estudiará la estrella desde un punto muy especial del cielo, denominado primer punto de equilibrio de Lagrange (L- 1), situado entre la Tierra y el Sol, a 1,5 millones de kilómetros de la primera.

Finalmente, está la misión Cluster, que ten drá el honor de ser lanzada por el primer cohete Ariane V, en ene ro de 1996. Es una mi sión original, que consta de una flotilla de cuatro satélites idénticos que permitirán obtener datos durante dos años sobre la magnetosfera terrestre y el viento so lar y hacer un mapa tridimensional.

En este conjunto de proyectos espaciales científicos europeos, la participación española es pequeña, inferior a la que le correspondería por la aportación de Es paña durante los años en que se gestaron. Es resal table la participación de institutos españoles de investigación en los instrumentos del Soho y del ISO; este último será controlado por la esta ción de la ESA en Villa franca del Castillo (Madrid).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_