Ariadna y el minotauro
En esa búsqueda constante de la musa adolescente en que están metidos los franceses desde que la Bardot se dedica a las focas, le ha tocado el honor de nueva pretendiente al vacante trono a una turbadora criatura, Vanessa Paradis, cantante, modelo y actriz, de quien alguien dijo aquello de que "Paradis c'est l'infern". Infierno o no, la chica ha demostrado tener la fuerza suficiente como para hacerse construir una película a su imagen de tremenda y rompedora, dirigida por un cineasta competente,- aunque desde hace años alejado del cine, Jean Becker, hijo del gran Jacques, y, ahí es nada, para eclipsar de las cabeceras del elenco nada menos a Gérard Depardieu, divo de divos. El producto resultante es un filme extraño, un poco raté, pero siempre interesante, áspero y a un tiempo tierno y brutal como fue en vida el finado Serge Gainsbourg, cuya canción Élisa da título al filme y a quien está dedicado éste.Elisa se articula en dos partes claramente diferenciadas, con frecuentes incursiones de flashbacks que van aclarando la historia de la protagonista. Su comienzo no puede ser más inesperado: el intento de asesinato de una madre a su hija de tres años, al que sigue poco después el propio suicidio de la mujer. En la primera mitad del filme se asiste al muy peculiar modo de vida de Elisa. En la segunda, en cambio, las intenciones de Elisa quedan un tanto en entredicho cuando conoce a su Padre, el borracho, amargado, terrible Lébo. Ahí surge abruptamente otra película, una peculiar, sesgada, desoladora historia de amor entre hija y padre, punteada por la fuerza desatada de la naturaleza bretona, lejos del París del comienzo, pleonasmo necesario aunque un tanto previsible de las pasiones desatadas.
Elisa
Director: Jean Becker. Guión: Jean Becker y Fabrice Carazo. Fotografía: Étienne Becker. Música: Zbigniew Preisner. Producción: Chrístian Fechner, Francia, 1994. Intérpretes: Gérard Depardieu, Vanessa Paradis, Florence Thornassin, Clothilde Coreau, Michel Bouquet, Philippe Léotard. Estreno en Madrid: Vergara, Vaguada, Palacio de la Música, Renoir (VOS).
Recorrido a veces por una inspiración áspera, víctima en otras de una excesiva dependencia respecto a la protagonista, que aún tiene que demostrar que es una actriz, Elisa atesora algunos hallazgos nada desdeñables: logra un retrato del todo inusual de una heroína adolescente; se mueve con prudencia en medio de un verdadero barrizal de dramas entrecruzados venciendo siempre la tentación lacrimógena; provoca, en fin, en el espectador algunas evocaciones de fuerte emotividad.
Babelia
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