Incidente entre una flotilla de exiliados de Miami y guardacostas cubanos
El Gobierno cubano advirtió ayer a los grupos de exiliados de Miami que podría hundir cualquier barco y derribar los aviones que violen su espacio aéreo o entren sin autorización en sus aguas jurisdiccionales. El aviso llegó horas después del incidente provocado el jueves por una flotilla de una docena de yates procedentes de la Florida que penetró hasta 10 millas de las costas de Cuba para conmemorar el aniversario del hundimiento del remolcador Trece de Marzo, en el que murieron 40 personas.
"Cuba no tolerará que se violen flagrantemente sus fronteras y se realicen actos provocadores contra el país", aseguraron las autoridades en un comunicado difundido en La Habana, en el que se afirma que "la paciencia tiene limites".El incidente se produjo el jueves por la tarde cuando, según fuentes cubanas, un grupo de 11 embarcaciones, seis aviones y dos helicópteros que habían salido de Cayo Hueso (EE UU), se adentró dos millas en las aguas jurisdiccionales cubanas. La flotilla, organizada por agrupaciones de exiliados -como Hermanos al Rescate, Agenda Cuba y otras organizaciones de derechas-, se proponía llegar hasta el mismo lugar donde el año pasado un remolcador secuestrado por 71 personas que pretendían huir a Estados Unidos fue hundido tras ser embestido por naves del puerto de La Habana que intentaban evitar la fuga, en un oscuro hecho que provocó la muerte de 40 personas, incluidos 23 niños. Las autoridades cubanas calificaron la tragedia de "fatal accidente", mientras que familiares y grupos del exilio hablaron de "crimen brutal y premeditado".
La flotilla de exiliados, que venía envuelta en banderas y flores para realizar la ofrenda por los muertos del 13 de Marzo a unas seis millas de las costas de La Habana, fue interceptada por varios guardacostas cubanos y conminada a salir de sus aguas jurisdiccionales. Según la versión oficial, Ias naves de las Tropas Guardafronteras maniobraron con el objetivo de impedir físicamente que las embarcaciones procedentes de Estados Unidos siguieran adelante", momento en el que se produjo una colisión con el barco nodriza de la flotilla. Según fuentes del exilio, la colisión fue premeditada y provocó tres heridos, entre ellos el comisionado del condado de Dade (Miami), Pedro Reboredo. . "En ningún momento las naves guardafronteras embistieron de proa a las naves violadoras de nuestras aguas", dice la versión oflicial cubana, que añade que sus guardacostas "simplemente se aproximaron" a las embarcaciones del exilio, "y de banda a banda impidieron avanzar a las que intentaron hacerlo", sin hacer uso de armas de fuego. El comunicado indica que la nave con la que se "hizo contacto físico se retiró sin indicios de que estuviera en peligro de hundirse".
Horas antes del incidente, una avioneta de Hermanos al Rescate había sobrevolado el malecón de La Habana, donde la Unión de Jóvenes Comunistas celebraba el llamado Festival de la Cubanía coincidiendo casualmente con el aniversario del hundimiento del remolcador
