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Comandos franceses toman al abordaje el 'Rainbow Warrior'

Una veintena de comandos de la Marina francesa, enmascarados y provistos de granadas lacrimógenas, tomaron al abordaje, al amanecer del lunes, el Rainbow Warrior II, buque insignia de la organización ecologista Greenpeace. El navío, que navegaba a buena marcha hacia al atolón de Muroroa, en el Pacífico sur, pretendía impedir con su presencia las pruebas nucleares subterráneas que Francia se dispone a reanudar en breve. El asalto de los comandos coincidió con el amanecer del décimo aniversario del atentado que envió a pique al buque Rainbow Warrior, que, fondeado en el puerto neozelandés de Auckland, se disponía a zarpar en una misión similar. Aquel atentado le costó la vida a un fotógrafo portugués.

Esta vez la operación se hizo sin secretismo ni víctimas mortales. El asalto, perfectamente planeado por la Marina, se desencadenó cuando el Rainbow Warrior II entró en aguas de la zona de exclusión marítima del atolón de Mururoa. Una fragata, una patrullera, un remolcador y dos helicópteros rodearon al barco ecologista, mientras los comandos, en lanchas neumáticas, procedían al abordaje. Con las comunicaciones bloqueadas por las interferencias electrónicas de los navíos de guerra, la tripulación del buque ecologista decidió encerrarse en el puente, de donde fue sacada por la fuerza por los comandos de la Marina, que rompieron las escotillas y lanzaron gases lacrimógenos.

La Armada francesa, que ha estado siguiendo de cerca todos los movimientos del Rainbow Warrior II y de otros barcos que le acompañan, ya había advertido que el buque sería obligado a salir de inmediato de la zona de exclusión en torno a Mururoa.

El líder socialista francés, Lionel Jospin, lamentó que el Gobierno francés se hubiera dejado arrastrar por esta situación.

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