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La europeización del chocolate siembra el pánico en Suiza

La nueva legislación permite añadir un 5% de grasas vegetales a la manteca de cacao

En nombre de la europeización, Suiza corre el riesgo de perder una de sus más prestigiosas imágenes de marca: el chocolate. La nueva legislación -eurocompatible- en materia de alimentación, que entró en vigor el pasado 1 de julio, permite a los chocolateros helvéticos añadir un 5% de grasas vegetales a la manteca de cacao base del famoso chocolate suizo, y cuyos granos ya servían de moneda de pago a los aztecas.Esta ordenanza, escondida entre otras mil que integran la nueva ley que regula los productos alimentarios para adaptarlos a la norma comunitaria, ha soliviantado a los defensores a ultranza de la pureza del chocolate suizo.

Arguyen que en juego está la calidad, lo que niegan en rotundo los fabricantes. Kurt Hunzinger, secretario de Chococosuisse, la Unión de Fabricantes Suizos de Chocolate, que agrupa a una quincena, no entiende por qué se ha armado tanto revuelo si esta ordenanza sólo va a ser "positiva". La razón principal es que la nueva legislación "no obliga a nadie a utilizar otras grasas vegetales si no se quiere".

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Pero con 11 kilos anuales por cabeza -los suizos son los primeros devoradores de chocolate en el mundo, a pesar de que ha descendido su consumo en los dos últimos años, seguidos por austriacos y noruegos-, las compañías productoras andan con pies de plomo.

Por si acaso, ya han anunciado que no modificarán el chocolate destinado al mercado helvético. En Nestlé no tienen la intención de cambiar las viejas recetas de los productos vendidos en Suiza, según el portavoz de la multinacional Vevey, François-Xavier Perroud. Y "vigilarán con atención" que los nuevos productos para la exportación no sobrepasen el 5% de otras grasas vegetales, como aceite de palma.

Para Perroud, la incorporación de estas nuevas grasas, además de mejorar la gama de sabores, permitirá que el producto tenga una mayor calidad, ya que en los países donde las temperaturas son altas el chocolate se va a conservar mejor. De momento, varios grupos de consumidores han pedido al Gobierno federal que dé marcha atrás en la decisión. Y el instinto comercial del número uno mundial, de la alimentación le dice que la industria chocolatera helvética "sobrevive porque elabora productos de alta calidad, y el que quiera matar su producto, no tiene más que bajarla".

Varios grupos de consumidores han solicitado al Gobierno federal que dé marcha atrás en su decisión. De hecho sólo ocho países de la Unión Europea tienen una legislación similar. Francia y Holanda quieren proteger la producción de cacao de sus antiguas colonias y Alemania es partidaria de la pureza de los ingredientes.

La federación de consumidores de la Suiza francesa dice que el chocolate "se va a convertir en un artículo desnaturalizado, nivelado por lo bajo". Este mismo argumento lo enarbolan los chefs del chocolate. El propietario de la prestigiosa confitería Teucher de Zúrich no entiende cómo "durante cien años hemos producido calidad y ahora pretenden, súbitamente, dar el golpe de gracia al chocolate suizo".

También comparte esta opinión el número dos del mercado helvético, Lindt & Sprüngli, el cual, tras el anuncio oficial de la nueva legislación, se precipitó a decir que "no es compatible con su concepción de la calidad y por tanto no tiene la intención de modificar la vieja receta utilizada durante los 150 años de su historia.

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