_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Prácticas ilícita en economía

Joaquín Estefanía

No es usual que una revista científica aborde asuntos tan prácticos o tan heterodoxos como el estudio de las prácticas ilícitas en la economía. Menos que lo haga Información Comercial Española (ICE), revista oficial del Ministerio de Comercio y Turismo (número 741). Y sin embargo, hay que saludar sin matices su espléndida iniciativa: analizar conductas como las de la corrupción, el blanqueo de dinero, el fraude o los paraísos fiscales, y las estrategias para combatirlas.El problema es el siguiente: en los últimos años, muchos países democráticos están afrontando problemas de organización social y política relacionados con diversas prácticas ilícitas. En algunos casos, lo que se está poniendo en entredicho es la capacidad "defensiva" de los sistemas legales de distintos países, al descubrirse la existencia de lagunas legales que permiten juzgar desde una óptica objetiva, bien porque las leyes han quedado obsoletas, o porque no contemplen prácticas que las nuevas tecnologías, las comunicaciones y el propio dinamismo de las economías y sus diversas manifestaciones, favorecen.

Las prácticas ilícitas tienen como rasgo común el hecho de que no se consideran, en términos estrictos, prácticas ilegales, condenables con carácter general en todos los países; son prácticas ilícitas en el sentido que resultan, en muchos casos, sólo moralmente condenables, con lo que se produce una falta clara de homogeneidad en la forma de afrontarlas. Galbraith ha dedicado una buena parte de su obra a estudiar las anormalidades del capitalismo; según el economista, la especulación, la cultura del pelotazo, los paraísos fiscales, etcétera, son parte del corazón del sistema; son una heterodoxia permitida e incluso estimulada en determinados periodos de la historia.

De entre todos los artículos que componen el número de ICE, hay uno que me ha llamado especialmente la atención: el escrito por el profesor norteamericano Robert Klitgaard, que estudia las estrategias para combatir la corrupción. ¿Por qué la corrupción emerge ahora como prioridad internacional?: "Una razón es que la corrupción va a peor... una línea de argumentación cita el rápido crecimiento del comercio internacional y de las comunicaciones internacionales, por lo que la gente está más expuesta que nunca a tentaciones de tipo económico. Otros puntos de vista lo atribuyen a las reformas económicas y democráticas que han recorrido el mundo, que han creado nuevas oportunidades de corrupción al cambiar rápidamente las reglas de juego habituales y, en muchos casos, porque con frecuencia los cambios políticos no se ven acompañados por un desarrollo suficiente de las instituciones y de los incentivos del sector público, que son necesarios para conseguir que funcionen libremente los mercados y la propia demnocracia".

Entre las estrategias para combatir la cultura de la corrupción, Klitgaard propone la que denomina "freir al pez gordo": Se debe dar publicidad a los nombres de los grandes corruptos y castigarlos, con lo que una ciudadanía escéptica creería que la iniciativa contra la corrupción es algo más que palabras, más que una campaña contra sus oponentes políticos. "Por lo tanto, lo importante es que el primer pez gordo provenga del partido en el poder", afirma.

El artículo respalda una curiosa teoría: una sociedad se hace menos tolerante con la corrupción a medida que se hace más tolerante en el comportamiento sexual, y señala que la persecución sin precedentes de la corrupción en EE UU, que comenzó en los setenta, tuvo lugar después de una liberalización sin precedentes de las actitudes y comportamientos sexuales. ¿Será que España está deviniendo en Sodoma y Gomorra?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_