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CRISIS DE GOBIERNO

El PSOE acoge la crisis con amargura

Las dos semanal largas que ha empleado el presidente del Gobierno, Felipe González, en aceptar las dimisiones del vicepresidente del Gobierno, Narcis Serra, y del ministro de Defensa, Julián García Vargas, han servido para que el anuncio de la aceptación se acogiera en el PSOE con cierta atonía. No obstante, un regusto amargo se apreció ayer entre los principales dirigentes socialistas, no tanto porque estén en contra de las dimisiones, que consideraban imposibles de evitar, sino por la causa de las mismas: un escándalo en el Cesid cuyos efectos, además, no dudan en que va a continuar.Esta sensación de crisis política afectaba tanto a guerristas y renovadores. Bien es cierto que hoy, cuando la oposición arremeta con dureza en el Congreso contra Felipe González, la respuesta de los parlamentarios socialistas no será de silencio, por mucho que la dirección del grupo recomiende "cortesía parlamentaria" y que sea sólo el PP, como en el debate de la pasada semana, quien haga ruido.

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El secretario general del PSOE conoce muy bien el sentir de la dirección de su partido y del grupo parlamentario. Tras la reunión que tuvo hace 15 días con la permanente de la ejecutiva federal, en la que pidió opinión a los presentes, tuvo claro que, a excepción de una persona, todos consideraban inevitables estas dimisiones.

La única diferencia entre ellos estaba en que unos las estimaban urgentes y otros opinaban que convenía aplazarlas porque no se sabía qué más podría salir de las cintas grabadas ilegalmente por el Cesid. Esto es, la famosa teoría del parapeto, según la cual, si Narcís Serra paraba el golpe destinado a González, si en las próximas semanas no está y continúa el escándalo, ya no hay un escudo que resista.

Las declaraciones oficiales del partido fueron ayer de máximo elogio para los dimitidos, y singularmente para el vicepresidente. Tanto el presidente del grupo parlamentario, Joaquín Almunia, como el secretario de organización, Cipriá Ciscar, confiaron en que la opinión pública no confunda esta asunción de responsabilidad política con la responsabilidad penal". "Esta situación nos permite actuar con más contundencia ante los culpables" dijo Almunia, para quien Serra y García Vargas han hecho una interpretación de la responsabilidad política "amplia y generosa". Ciscar destacó de Serra su compromiso de siempre "con la democracia y el socialismo".

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