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Entra en Sarajevo el primer convoy humanitario en cuatro semanas

Ramón Lobo

ENVIADO ESPECIALEl primer convoy humanitario en cuatro semanas entró ayer en Sarajevo por la avenida de los francotiradores procedente de llidza, uno de los barrios serbios de la ciudad. Eran cuatro camiones con remolque de color blanco cargados con 120 toneladas de harina. Emergieron en medio de una gran polvareda de las ruinas ennegrecidas de Stup, una barriada próxima al aeropuerto a la que le cayó la mala rifa de ser un frente de guerra. Otros dos convoyes estaban ayer preparados para entrar, uno para la zona serbia, otro para la bosnia.

Esos cuatro camiones con remolque del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dejaron su carga en Vele Vele kara, la fábrica del pan, un vetusto edificio coloreado de suave amarillo y descorchado por la humedad, la metralla y el abandono.

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ACNUR pretendía ayer introducir en Sarajevo hasta cinco convoyes, uno procedente de Zenica y los cuatro que fracasaron el martes procedentes de Metkovic. Un total de 670 toneladas en 47 camiones y 15 trailers. Una parte de esta ayuda estaba destinada a los barrios serbios, otra a la zona bosnia. La división no es salomónica, pues las necesidades de una y otra zona son muy diferentes.

Esa cantidad de ayuda, de lograr su entrada en Sarajevo, sólo servirá para cubrir un 10% de las necesidades alimentarias de la ciudad. Serían necesarias unas 6.700 toneladas mensuales para cubrir el cupo humanitario imprescindible de una ciudad de 370.000 habitantes, de los que un tercio son desplazados que dependen de esa ayuda.

El primer convoy a Sarajevo en cuatro semanas (exceptuando dos miniconvoyes metidos de noche por el aeropuerto desde Butmir) entró en zona controlada por los serbios desde el enclave croata de Kise1jak. Desde el check-point cero (punto de con-trol), donde fue inspeccionado por los serbios, hasta el check-point sierra uno, el último antes de Sarajevo, el convoy fue escoltado por la policía civil serbia, como estaba previsto.

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En cuanto al otro asunto esencial para Sarajevo, los suministros básicos de electricidad, gas o agua, que Naciones Unidas trata de negociar con ambas partes, hay una novedad. Los radicales serbios de Bosnia han puesto como condición para permitir su reanudación la firma de un alto el fuego. Aducen que éste es técnicamente imprescindible, pues muchas de las reparaciones deben hacerse en los frentes. Los técnicos de la ONU dicen que es una excusa sin base. . Mientras, la capital bosnia sigue sometida a los bombardeos de los radicales serbios. Seis personas murieron y otras 15 resultaron heridas ayer por la tarde al caer un obús en Dobrinja, un suburbio al oeste de Sarajevo. Horas antes, otras cinco personas, entre ellas un niño de 13 años, resultaron heridas por una granada de mortero junto a un mercado.

Por otra parte, los radares de la OTAN detectaron ayer dos aviones serbobosnios violando la zona de prohibición de vuelo cerca de Banja Luka. El mando de la ONU en Bosnia vetó una propuesta de la Alianza Atlántica para bombardear el aeródromo de esta ciudad en poder de los serbios rebeldes, lo que motivó una airada protesta del primer ministro bosnio, Haris Silajdzic.

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