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La OCDE alerta sobre el coste de las pensiones y propone retrasar la edad de jubilación

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé un crecimiento económico sostenido para la mayoría de los 25 países del área, aunque amenazado por las turbulencias monetarias. El empleo crecerá en casi todos ellos por primera vez desde los años setenta, pero afrontar el pago de las pensiones futuras exigiría medidas como retrasar la edad de jubilación. La OCDE insiste en un mayor rigor presupuestario y, para España, señala que con la actual política económica el déficit público no bajará del 5,5% en 1996, frente al 4,4% previsto.

La OCDE, en su informe semestral, hecho público ayer en París, ha vuelto a desenterrar el hacha de guerra de las pensiones. Es urgente tomar medidas para evitar los "efectos catastróficos" que sobre las finanzas públicas tendrá "el envejecimiento considerable de la población" en la primera mitad del siglo próximo, afirman. Es un problema que afecta a la mayoría de los 25 países industrializados de la zona, a los que la OCIDE sugiere una "subida de las cotizaciones, una reducción de las pensiones y el retraso de la edad de jubilación". Aunque sin descartar ninguna de ellas, la OCIDE considera la última como la opción más, favorable.El envejecimiento de la población elevará, como las pensiones, el gasto sanitario, por lo que la OCDE reitera su llamamiento a que "los países acometan sin tardanza la reducción de los desequilibrios presupuestarios". Ahora, en una etapa de crecimiento, es el momento propicio para tomar las medidas necesarias "en previsión de que la expansión económica se ralentice".

Para España, la advertencia es muy clara: si no mejora sensiblemente el déficit público, los tipos de interés "seguirán subiendo y se frenaría el crecimiento de la producción". Los expertos de la OCDE reconocen que ésta es la prioridad del Gobierno español, pero señalan que si no se toman medidas adicionales el déficit público se situará en el 5,5% del PIB en 1996 y no en el 4,4% previsto en el Programa de Convergencia. Al respecto, el Ministerio de Economía y Hacienda señaló ayer que la opinión de la OCIDE cambiará cuando se conozcan las líneas maestras del Presupuesto para 1996.

El mayor coste de la deuda pública, por las tensiones monetarias, explica para la OCDE buena parte de las dificultades de España para contener su déficit. Un problema compartido por la mayoría de los países miembros y que exigiría de los Gobiernos una actitud decidida a "no tolerarlo todo en el funcionamiento de los mercados financieros". Estos países han tenido que elevar sus tipos de interés para hacer frente a los ataques de los mercados, pero la política monetaria debe adaptarse a la situación de cada uno de ellos y no caer en el error de buscar una "estrecha coordinación en materia de tipos de interés entre las tres grandes economías de la OCDE (Estados Unidos, Japón y Alemania) para estabilizar los tipos de cambio". Para Estados Unidos, la OCDE pronostica un rebrote inflacionista y recomienda a las autoridades de este país que estén preparadas para subir otra vez los tipos de interés.

Las tensiones financieras han provocado también una revisión a la baja de unas décimas en las cifras de crecimiento económico previstas para el área en el informe anterior. El ritmo de la actividad se califica se "razonablemente vigoroso" (2,7% en 1995 y 1996), lo que permitirá que aumente el empleo en la mayoría de estos países por primera vez desde los años setenta. Para España, la revisión del PIB ha sido al alza, aunque la tasa de paro se mantiene en el 24,1% para los años 1994 y 1995.

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