María Bayo se adueña de Madrid
Cuando se canta el aria de El rey pastor (Lameró saró costante) o la del concierto, basada en Goldoni, Voi avete un corfedele, como lo hizo anteanoche María Bayo, puede asegurarse que estamos ante un artista grande, pura y honda. Las dos arias fueron escritas en Salzburgo en 1775, cuando el compositor tenía 17 años: parece imposible a esa edad acumular tanta y tan sencilla belleza, tanta y tan tranquila melancolía.
María Bayo, lírica por naturaleza, con una zona central especialmente hermosa, entró en Mozart, se adueñó de él y nos lo ofreció fresco, vivo y con estilo riguroso y expresivo. A veces se alza en sus versiones la sombra de su admirada Teresa Berganza, pero una sombra así vale por muchas luces que orientan y marcan direcciones para que la naturaleza personal de la Bayo se realice con plenitud.
Festival Mozart (Scherzo/Caja de Madrid)
María Bayo, soprano. Orquesta Sinfónica de Galicia. Director: V. Pablo Pérez. Obras de Haydn y Mozart.Auditorio Nacional. Madrid, 17 de junio.
Cito estas dos arias porque me parecen la cima de cuanto bueno hizo la soprano navarra, pero ello no significa el menor demérito para versiones como la de el motete Exultate jubilate (1773), de gran clase y dominio de la técnica vocal, ni para las arias de Pamina y Zerlina, para las cuales las ovaciones fueron tan unánimes y prolongadas que la propina (la citada aria de concierto) se hizo imprescindible; tras ella, el público que llenaba el auditorio se resistía a abandonar sus localidades y a callar su entusiasmo.
Tiene María Bayo, además, los dones de la simpatía y la comunicatividad que la ayudarán mucho en su carrera: sale ante el público y antes de entonar una sola nota ya se lo ha ganado, virtud, por cierto, muy Berganzesca. Por si fuera poco, la Sinfónica de Galicia: con su director titular Víctor Pablo Pérez colaboró con identificación, sonido cuidado, dinámica bien calibrada y elevación en la continuidad melódico-rítmica. Para comenzar escuchamos la original Sinfonía en Re mayor, La mañana, de Haydn, y entre aria y aria, las oberturas de La flauta Mágica, El rey pastor y Don Juan, tocadas con transparencia, y primor.
Babelia
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