En Holanda ya se puede elegir el sexo de los niños en una clínica

Elegir el sexo de los hijos es ya posible en Holanda. En los próximos días abrirá sus puertas una clínica privada de inseminación artificial, que con métodos de ingeniería genética permite decidir la venida de un niño o una niña. Ante la polémica levantada, el Ministerio de Sanidad estudia el realizar una investigación para determinar los límites jurídico-éticos del trata miento.

La técnica por separación del esperma, que costará 2.000 florines (unas 150.000 pesetas), sólo será practicada a parejas que ya tengan un primer hijo y quieran asegurar el sexo del segundo. No se aplicará a quienes deseen otro niño del mismo sexo que el anterior, según explicó el director de la clínica, B. van Deelen, que ha establecido así sus propios límites éticos.

El mismo Van Deelen, que asegura un 80% de éxito en el caso de los varones y un poco menos en el de las mujeres, establece como requisito la firma de un documento por el que los futuros padres asumen la posibilidad de fracaso en el resultado. Las parejas deben además suscribir una declaración en la que se comprometen a no abortar si el embrión no resulta del sexo deseado. Sin embargo, la clínica no realizará control ni seguimiento posterior del compromiso adquirido.

El anuncio de la apertura del local ha reabierto la polémica de los límites éticos de la manipulación genética y levantado ampollas en la sociedad y también en el Parlamento. La Cámara Baja ha solicitado al Gabinete que se pronuncie para determinar los límites del tratamiento. La mayoría de los grupos políticos coinciden en aceptarlo por cuestiones médicas, en casos en los que el sexo determine o aumente la posibilidad de una enfermedad, como por ejemplo la hemofilia:

Clínicas de estas características funcionan ya en EE UU, Turquía, Jordania, India y Reino Unido. Su apertura en Holanda es legal. Van Deelen obtuvo todos los permisos, porque Sanidad no encontró nada que lo impidiese.