_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Escritores

Manuel Vicent

Las casetas de la Feria del Libro se dividen en dos: las que tienen bicho dentro y las que no lo tienen. Cada año que pasa el espectáculo se vuelve más siniestro. Ese bicho es escritor y se le puede ver sentado detrás de una barricada de libros en la caseta bajo un cartel que anuncia su propio nombre. Está allí para firmar sus obras. Mientras el río de la gente discurre por el recinto de la feria los altavoces van repitiendo la lista de todos los escritores que en ese momento compiten entre sí frente al público. Hoy los escritores se dividen en tres: los que firman mucho, los que firman poco y los que no firman nada. La crueldad del mercado ha añadido una prueba más al alma lacerada de los creadores. Antes los celos, el odio o la frustración eran un asunto privado que el escritor cocía en la intimidad. Sólo los libros luchaban ferozmente entre ellos por sobrevivir en la mesa de novedades. Pero ahora al escritor se le obliga a acudir en persona cada año en companía de sus colegas resentidos, envidiosos o envidiados a medir el éxito o el fracaso directamente ante los lectores, libreros y edito res. Ya no existen escritores de culto, aquellos cuya gloria consistía en tener unos devotos reducidos y fanáticos. Hoy el que no vende no existe y esta durísima ley se establece en una competición física cada año. Dispépsicos, ansiosos y angustiados, los escritores esperan el veredicto del público y éste ejerce sobre ellos un juicio sumarísimo: a unos los rodea con calor, a otros los deja en una soledad miserable. Cualquiera puede ver el rostro resplandeciente de los triunfadores; cual quiera puede descubrir el resentimiento en la mirada de los que no firman un solo ejemplar. Éstos no están pensando en Faulkner o en James Joyce sino en la estupidez oportunista que tendrán que es cribir la próxima vez para tener frente a la caseta una cola como la que en ese momento se extiende ante un supuesto cretino o un advenedizo que ha elaborado un bodrio político, culinario, deportivo o televisivo. ¿Habrá que acuchillar a alguien para tener éxito? Ése es el próximo paso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_