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El fracaso de la huelga de los 'petroleros' pone fin a los monopolios brasileños.

El presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, ha obtenido una victoria comparable a la de Margaret Thatcher sobre los mineros británicos en 1984 al imponer sus tesis privatizadoras y acabar con la huelga de los 77.500 trabajadores del monopolio estatal de petróleos, Petrobras, que ha perturbado gravemente durante el último mes la vida económica del país.

Los últimos huelguistas de Petrobras se reincorporaron al trabajo el pasado domingo sin obtener ninguna contrapartida del Gobierno brasileño. Los petroleros, como son llamados en Brasil los trabajadores del sector, se declararon en huelga el pasado 3 de mayo para defender el monopolio estatal de Petrobras, recogido en la Constitución.Los petroleros defendían una concepción nacionalista de Brasil con casi medio siglo dé historia. Desde su creación en 1953, Petrobras constituía el símbolo de la afirmación de la soberanía brasileña frente a las multinacionales.

Sin embargo, la opinión pública brasileña ha respaldado las tesis del presidente Cardoso, que propone la desaparición de los monopolios estatales y la entrada progresiva de capital extranjero.

Tras la salida del poder de los militares brasileños en 1985, la Central única de Trabajadores (CUT) consiguió en anteriores huelgas el pago de los salarios de los huelguistas y la readmisión de los trabajadores despedidos durante el conflicto. [Cardoso garantizó ayer que la empresa Petrobras tendrá "total libertad" a partir de hoy para negociar la readmisión de los despedidos, informa la agencia Efe]. Pero, en esta ocasión, la CUT y su presidente, Vicente Paulo da Silva, han salido derrotados, y el Partido de los Trabajadores (FIT) del ex candidato a la presidencia Luis Inacio Lula da Silva, que había apoyado la huelga, ha recibido una amarga lección.

Declarada "abusiva e ilegal" por el Tribunal Superior del Trabajo debido a su carácter de huelga política, la huelga dio lugar a numerosos incidentes violentos.

Silencio del presidente

Cardoso ha preferido guardar silencio y no celebrar su triunfo, aunque sus colaboradores se muestran abiertamente satisfechos por el final del conflicto. El Congreso brasileño tiene previsto votar hoy, con una mayoría superior a las tres quintas partes exigidas, una reforma constitucional para poner fin al monopolio de Petrobras. De esta manera, Cardoso tendrá vía libre para impulsar sus proyectos de liberalización de la economía. El próximo paso puede ser la privatización de las telecomunicaciones, que explota ahora en régimen de monopolio la empresa pública Telebras.

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