"El maestro Antoñete fue figurón del toreo con mas edad que yo"

Carlos Escolar, Frascuelo, es torero que desata los olés profundos y sentidos, tan característicos la plaza de Madrid. Dice que por anteriores actuaciones ya dejó "medio engrasada la puerta grande para salir a hombros". Hoy vuelve a Las Ventas para "intentar cortar, por fin, una oreja en San Isidro".

Aída, de 17 años, y Carlos, de 14, sus hijos, estarán pendientes de la televisión, aunque "tan muertos de miedo, que la acabarán apagando", confiesa el padre. En su casa de Galapagar (Madrid) se vivirán unas horas tremendas hasta que suene el teléfono para comunicar que "papá está bien".La familia sabe de sobresaltos e inquietudes. El año pasado mismo fue corneado a principios de temporada y en la feria un toro le rompió los ligamentos y el menisco de la pierna. Aún así acabó matando el toro. Lo explica: "Tuve una lesión típica de futbolista, pero en vez de salir en camilla me quedé en el ruedo ante la fiera. Pero tiene su explicación: el futbolista corre y el torero hace lo contrario, o es lo que debe hacer, quedarse quieto".

Esa torería que desprende Frascuelo es la razón por la que la plaza de Madrid le tiene entre sus toreros predilectos: "El público me valora y no puedo defraudarle para no destruir ese encanto". Recuerda que en Madrid ya ha cortado orejas, pero jamás en la feria. Si lo lograra se multiplicarían los contratos.

El año pasado toreó once corridas -en éste todavía ninguna- y él quiere más. A sus 44 años, no renuncia al éxito Tiene un buen ejemplo en el que mirarse: "El maestro Antoñete hizo algo muy importante y que siempre tengo presenté. Quedó encumbrado como figurón del toreo cuando tenía más edad, que yo".

Esta tarde, los toros de Murteira. No los ha ido a ver al Batán: "No, porque no se pueden contemplar en el sentido profesional; permanecen todo el día arrugados en el corral y así no es posible hacerse un juicio de ellos. Sí, se les pueden ver los pitones, pero a estas alturas de mi carrera ya no me asustan. Lo que me importa es el estilo y las condiciones y eso no se ve".

Las corridas de la feria las presencia, en cambio, casi todas, bien en la plaza o por televisión, y dice: "El público está esperando que un torero rompa. Se aprecia en el ambiente".