Los novilleros coinciden en que el viento se cargó el festejo
Las quejas sobre el viento, "que se cargó el feste¡o", como resumía Luis Miguel Encabo, eran comunes en la terna de espadas al término de la novillada de ayer. José Luis Moreno iba más allá al señalar que incluso por esta razón no pudo redondear el triunfo en su primer enemigo tras cuya muerte dio vuelta al ruedo: "De no ser por el viento, que me impidió rematar mi faena a ese novillo un poco tardo pero muy noble, ahora podría tener una o dos orejas en mis manos" Pese a ello, se iba tranquilo de la feria, confiando en que le repitan pronto en Madrid: "Porque el público se me entregó como respuesta a mi toreo. Lástima que el sobrero no sirviese, aunque demostré que sé echarle valor".Para Encabo, el viento fue el protagonista negativo de la tarde, "cuyo resultado artístico sería bien distinto de no haber soplado tan fuerte". En cualquier caso, a Encabo también le defraudó ligeramente el juego de los novillos, sobre todo del sexto, "que pegaba tomillazos. Esperaba más de esta divisa", concluía, "porque, además, los novillos tuvieron escasa fuerza; aunque insisto en que sin el aire todo habría sido de otra manera".
A Canales tampoco le gustó mucho la novillada, "con el agravante del viento, que la convirtió casi en intoreable porque no te podías salir con los animales a los medios". No obstante, admitía que él debió estar mejor al tratarse de un compromiso tan importante como San Isidro.
Igualmente para el ganadero, Borja de Prado, al que le gusta ron los tres primeros novillos y nada el sexto, "con un viento así no se pueden juzgar ni los novillos ni los toreros". Y se inclina ba por una solución radical para la plaza: "Hay que cubrirla".
Babelia
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