Menem, reelegido presidente, según los sondeos
El mandatario argentino supera el listón del 45% del voto y no irá a una segunda vuelta
Carlos Menem fue reelegido presidente de Argentina en la primera vuelta de las elecciones generales celebradas ayer al superar por dos o tres puntos el 45% de los votos necesario para evitar una nueva votación, según las proyecciones de las diferentes cadenas de televisión,- varios encuestadores privados y una agencia de noticias estatal. Tal como se espera, la coalición de centro izquierda Frente del País Solidario (Frepaso), liderada por el senador José Octavio Bordón, desbancó a la Unión Cívica Radical (UCR) de Horacio Massaccesi como segunda fuerza política, hundida en uno de los peores resultado" electorales de su historia. Bordón reconoció en la televisión a primeras horas de la noche (dos de la madrugada hora penínsular española) la victoria de Menem.
Bordón se habría impuesto en la capital federal. El presidente, en unas breves declaraciones, dijo dedicar el triunfo a su hijo Carlos, recientemente fallecido en un accidente de helicoptero, "en nombre de Zulema [su esposa], Zulemita y en el mío propio".El presidente del Senado, Eduardo Menem, hermano del mandatario y uno de los políticos más poderosos, destacó que la ventaja del jefe del Estado en todas las proyecciones, y aún teníendo en cuenta el margen de error de las encuestas, permite proclamar el definitivo triunfo del Partido Justicialista en primera vuelta.
Portavoces radicales y de la coalición de Bordón preferían esperar los resultados oficiales antes del definitivo pronunciamiento. Promediando los sondeos, la candidatura de Meneni logra el 47%, José Octavio Bordón, el 35,5%, y Horacio Massaccesi suma aproximadamente el 13% de los sufragios. En la central capitalina de la coalición centrista el ambiente era sombrío, funeral en las sedes radicales, al haberse frustrado la segunda vuelta, en la que se confiaba para tratar de derrotar a Menem. Simón Lázara, uno de los portavoces radicales, sudaba tratando de dignificar la debacle. "Seguiremos trabajando. Ganar o perder no es la muerte de un partido". Cientos de personas se concentraron en la avenida 9 de julio vitoreando a Menem. "Es un dios. Grande. Nos ha dado estabilidad", piropeaba uno. La novia era más cauta: "Y ahora que cumpla lo que ha prometido".
Voto por la estabilidad
Temprano y sin asomo de duda,los millones de argentinos que aún tiemblan con la evocación de las turbas asaltando supermercados y almacenes durante los años de la hiperinflación, votaron por la estabilidad económica y lo conocido. Negaron el apoyo a Menem los argentinos, también millones, espantados por el- elevado coste social y político, fundamental mente en paro y dependencia institucional del Ejecutivo, de su victoria sobre la inflación y el caos re gistrados durante el último tramo de gobierno presidido por el radical Raúl Alfonsín (1983-89).
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, a quien se atribuye gran parte del mérito de la victoria, subrayó que "todos preveíamos que iba a ganar el presidente Menem. porque la gente está satisfecha con su gestión, no porque se hayan resuelto todos los problemas. El presidente ha reconocido que hay mucho por hacer, pero ha demostrado su eficacia en momentos muy difíciles como eran los que se vivían en 1989. Por eso la gente lo quiere tener cuatro años más".
Más de 22 millones de persona tenían derecho al voto, y la obligación de emitirlo so pena de sanciones, en unos comicios que decidían la presidencia, vicepresidencia, gobernaciones de 14 provincias, 130 diputados, legisladores provinciales, alcaldes, concejales y numerosos cargos comunales.
Menem votó en el colegio del edificio de tribunales de la Rioja, su provincia natal. "¿Tranquilo, presidente?". ¿Mucho, muy tranquilo, no veo. por qué voy a estar intranquilo".
El jefe del Estado no encontraba fundamento para los nervios, contrariamente a dirigentes de su partido. Pese a la tendencia favorable de los sondeos en un triunfo de su hombre en primera vuelta, la probabilidad de una segunda no había quedado descartada.
Todos se felicitan porque ayer se desarrolló, con normalidad y tranquilidad en los patios de armas, la tercera consulta general consecutiva desde el regreso a la democracia hace doce años. No ocurría esto desde 1928, año en que el radical Hipólito Yrigoyen resultó reelecto tras una primera presidencia entre 1916 y 1922. Le sucedieron Marcelo T. de Alvear y una iluminada y nefasta, relación de salvadores castrenses encaramados por la fuerza sobre el mando civil.
Una obligación emocionante
"Siempre que se cumple con esta obligación cívica es realmente emotivo y emocionante. No se olviden que yo pude votar por primera vez en 1958" subrayó el presidente cuyas repetidas convocatorias en. los últimos días a cerrar filas con el "único Gobierno" capaz de garantizar la estabilidad, el prestigio y el crecimiento redujeron el espacio de una oposición con poco que ofrecer en economía porque sus propuestas son inviables, escasamente precisas, teóricamente bienintencionadas o semejantes en esencia a las aplicadas por la actual Administración. .
Carlos Alvarez, aspirante a la vicepresidencia con Bordón, acusó al justicialismo de ganar atemo,rizando. "¡Pobre Menem, tiene que ofrecer miedo para gobernafl. Vamos a ganarle al miedo y vamos a construir ese otro país que sofiamos juntos".
Una de las voces más respetadas del país, el escritor Ernesto Sábato, publicó una carta abierta a los jóvenes y les llamó a votar pese a su descreimiento "en un mundo atroz y despiadado en el que ya casi es imposible creer en algo; tanta es la mentira ante el desastre general, sobre todo en la gente que ya no tiene ni para comer mientras que arriba afirman que nunca el país ha pasado por un momento más positivo, un escenario aún más detestable". Sábato, sin embargo, animaba a la participación aunque esquivando el señuelo de la demagogia. "Debes hacerlo, porque siempre la peor democracia es infinitamente mejor que una dictadura, como esa que padecimos con sangre tortura y muerte".
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