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Termina sin acuerdos la primera cita entre el Gobierno británico y el Sinn Fein

No hubo acuerdo de ninguna clase pero, al menos por primera vez en 23 años, un ministro del Gobierno británico y el numero dos del Sinn Fein, brazo político del IRA, se vieron ayer las caras frente a frente en una de las salas del castillo de Stormont, a las afueras de Belfast. Las primeras conversaciones exploratorias entre el Sinn Fein y los representantes del Gobierno de Londres, demoradas durante semanas de diálogo de sordos, se prolongaron por espacio de tres horas y media.

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Católicos pero muy distintos

No se esperaban milagros, ni siquiera un apreciable acercamiento de posturas, así es que nadie se sintió decepcionado cuando Martin McGuinness se limitó a declarar al abandonar Stormont que el Sinn Fein ha reclamado a los representantes británicos una entrevista al máximo nivel ministerial entre el titular de la cartera de Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, y el presidente del partido republicano, Gerry Adams. "Si quieren que el proceso de paz avance, el Gobierno británico tiene que tratarnos a todos los ciudadanos sobre una base de igualdad", puntualizó McGuinness.En el punto de mira de los republicanos están las conversaciones multilaterales en las que estarán presentes tanto autoridades británicas como irlandesas, y la totalidad de los partidos políticos del Ulster. Patrick Mayhew no parece todavía dispuesto a cursar una invitación al Sinn Fein.Y no sólo eso, Michael Ancram insistió ayer en que deben producirse avances sustanciales en el decomiso de las armas del IRA antes de que las conversaciones pasen a un nivel más alto. Ancram entregó a la delegación del Sinn Fein una copia escrita de los pasos que el Gobierno británico reclama antes de ir más lejos en la negociación. Las conversaciones continuarán la semana próxima, aunque todavía no se ha concretado la fecha.

No obstante, ambas delegaciones -la del Sinn Fein estaba integrada por las mismas cinco personas que mantienen encuentros con Londres desde diciembre- parecían ayer inusualmente relajadas tanto antes como después de una reunión calificada de "histórica" por la prensa británica. Pero todo permite suponer que la cita apenas sirvió para esbozar la agenda de futuros contactos, ya que las pretensiones de uno, y otro lado no pueden estar más alejadas. El Gobierno británico reclama del Sinn Fein que utilice su influencia con el IRA para que entregue su arsenal de armas, además pide el fin de las palizas de los Paramilitares. Por su parte, las exigencias del Sinn Fein se resumen en tres puntos: desmilitarización del Ulster, desmantelamiento de la policía local y liberación de los presos republicanos.

Alto el fuego

Ocho meses después de que el IRA hiciera público un alto el fuego que ha cumplido, los republicanos recogen finalmente una "recompensa" que no satisface sus expectativas. Tanto el presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, como el jefe de la delegación del partido, Martin McGuinness, han dejado bien claro que no son las conversaciones bilaterales su objetivo. El Sinn Fein aspira a estar presente en la mesa de negociaciones multilaterales. Es a esa fase negociadora a la que McGuinness se refería en vísperas de la reunión de ayer cuando señalaba que "ha llegado el momento de la igualdad. Es hora de sentarse en la mesa negociadora. Es hora de que

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[el Gobierno británico] deje de esconderse detrás de los Unionistas, y de que éstos dejen de refugiarse en el miedo y vengan a sentarse a nuestro lado y. a negociar y discutir una solución para este conflicto".

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