La Fundación Guggenheim trae a Bilbao 50 obras, maestras del siglo XX
La exposición resalta el cruce de influencias artísticas entre Europa y EE UU
La Fundación Guggenheim de Nueva York ha querido ofrecer en una exposición de sus obras maestras un anticipo del carácter que quiere dar al Museo Guggenheim de Bilbao. El cruce de influencias en los artistas americanos y europeos y la búsqueda de nuevas formas de expresión en la segunda mitad del siglo XX han sido los criterios, de selección del medio centenar de obras reunidas en La tradición de lo nuevo (1945-1990). La exposición recorre, con obras procedentes de los fondos de la colección Guggenheim en Nueva, York y Venecia, desde el expresionismo abstracto de los años cincuenta hasta las lonas alquitranadas del norteamericano Julian Sclinabel, hechas a finales de los ochenta. La exposición, abierta al público desde hoy hasta el 15 de julio, está dividida entre la Rekalde y el Museo de Bellas Artes.Entre las obras expuestas en la Sala Rekalde, la comisaria de la exposición, -Lisa Dennison, subrayaba ayer la idoneidad de la distribución para destacar el objetivo de La tradición de lo nuevo. "Permite resaltar la interrelación entre unas obras y otras", decía Dennison. "El cruce de influencias entre los autores americanos y los que llegaron procedentes de Europa fue fundamental para huir del convencionalismo, romper las barreras tradicionales y seguir en búsqueda de la novedad".
La primera exposición de obras maestras de la colección Guggenheim, que fue inaugurada en Bilbao en diciembre de 1993, recorría los principales movimientos artísticos de la primera mitad del siglo XX. Al mismo tiempo, la exposición pretendía mostrar obras significativas de los fondos Guggenheim en un intento de acercar a sus colecciones al público que no conocía los museos de esta fundación en Nueva York y Venecia. Obras muy conocidas, fáciles de identificar, fueron incluidas deliberadamente en la exposición, convertidas en tarjeta de presentación de, la colección Guggenheim en Bilbao.
Cronología
En La tradición de lo nuevo los responsables de la selección de las obras han seguido otro camino, al primar un recorrido por la creación artística de. la segunda mitad del siglo XX que muestre "la riqueza de los fondos del Museo Guggenheim", en palabras de Dennison.
La segunda exposición continúa la cronología donde acababa la primera y abre el recorrido con obras del expresionismo abstracto norteamericano, "los herederos del legado del surrealismo europeo". Composition, de Willem de Kooning, y el conocído Bosque encantado, de Jackson Pollock, entre otras pinturas, dan paso a quienes reaccionaron contra este movimiento con propuestas como las de Robert Rauschenberg o el pop de Roy Liechtenstein y Andy Warhol, entre otros.
Materiales innovadores
Frente a ellos, la exposición reúne la contrapartida europea con obras de los influyentes Jean Dubuffet y Antoni Tápies, representado con Gran diptic marró (Gran díptico marrón), de 1978. La innovación en los materiales entra en la exposición con obras del alemán Joseph Beuys -creadas a base de sustancias orgánicas, tiza y jabón-, con los materiales pobres del italiano Mario Merz y, en América, con la goma y el neón del montaje Belts (Cinturones), de Richard Serra.
La colección Panza, adquirida hace cuatro años por la Fundación Guggenheim, permite conocer obras de las últimas décadas, especialmente pintura y escultura minimalista y arte conceptual. El arte contemporáneo más reciente está representado por pinturas de artistas europeos y el collage fotográfico del dúo Gilbert y George.
La tradición de lo nuevo se cierra con otra señal de comunicáción entre Europa y America, encarnada en la obra de Julian Schnabel. "El neoexpresionismo, una estética gestual practicada antes por los artistas europeos que por SUS' colegas americanos, es un ejemplo del diálogo transcultural representado en esta exposición por la obra de Schnabel".
Babelia
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