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Escombros, basura y chabolas se matriculan en un bosque de la Complutense

Antonio Jiménez Barca

El territorio podría denominarse el anticampus. En una zona arbolada de la Universidad Complutense, en concreto en los alrededores de la carretera que une el paraninfo con los edificios de la UNFID (Universidad, Nacional de Educación a Distancia), en menos de 300 metros, el estudiante goza de un pinar y...-Un miniasentamiento chabolina compuesto por tres tiendas de campana y dos infraviviendas hechas de plástico.

-Siete montones de escombros en los que uno puede encontrar desde una palangana a una puerta.

-Una verdadera montaña de arena procedente de las obras de la prolongación de la línea 6 del metro.

- Y un mugriento sillón desde donde contemplar el panorama.

Los encargados de la universidad afirman que en cuanto la empresa Entrecanales, responsable de estas obras, se lleve la arena (punto c y, de propina, el b), todo el entorno empezará a presentar un aspecto más natural.

Miniasentamiento

En el miniasentamiento chabolista del campus (punto a) viven al me nos tres personas. Se encuentra en una de las laderas de la montaña de arena proveniente de las obras del metro. Los chabolistas confiesan que llevan más de cuatro años en ese sitio. Distintos trabajadores de la UNED también recuerdan haberlos visto por lo menos desde 1991. Leopoldo Arnaiz, presidente del Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria, no está de acuerdo: "Ahí no llevan más de unos meses, y, además, se irán muy pronto, en unas semanas" afirma.

Un guardia de seguridad del Instituto de Estudios Jurídicos, edificio cercano a la zona, cuenta que los chabolistas "nunca se han metido con los estudiantes". Algunos alumnos, sin embargo, han denunciado el hecho de que estos chabolistas encienden fuego para cocinar y que hay riesgo de incendio.

La mayoría de los montones de escombros se sitúan en medio de lo que en su tiempo fue un circuito para andar o correr que discurre entre pinos y monte bajo. Todavía hay indicaciones de los ejercicios que puede hacer un atleta que se atreva a correr por allí.

Además de materiales de construcción (infinidad de ladrillos, escayola, maderas, puertas viejas, perolas, hierros doblados) hay alguna señal de tráfico, ruedas, latas, botellas ... De hecho, los chabolistas se han aprovisionado de mobiliario en los mismos escombros.

"La escombrera está ahí desde hace más de tres meses", cuenta Esther Mateos, empleada de la UNED, y que pasa por la carretera todos los días desde hace años.

El presidente del consorcio está convencido de qué tipo de personas son las que han arrojado los desperdicios: "Particulares que, al ver la montaña de arena de las obras, se han creído, que esto es un vertedero.

Fue hace seis meses y dijimos a los empleados de seguridad de la Complutense que vigilaran la zona para que nadie tirara más cosas. Cuando Entrecanales retire la arena, se encargará también de los escombros, porque de alguna manera es responsable, y además, no le llevará mucho tiempo", explica Arnaiz.

El Plan de Remodelación de la Ciudad Universitaria -aprobado por el Ayuntamiento en marzo pasado- prevé transformar el terreno que ahora ocupan los vertidos de arena en una instalacióndeportiva. Pero todavía no hay fecha para esta obra. "Primero, que terminen las. obras del metro; segundo, que Entrecanales retire la tierra y allane el terreno"" dice Arnaiz. La línea 6 del metro se inaugura la próxima semana, pero, según el responsable del Consorcio de la Ciudad Universitaria, aún restan dos semanas de trabajos complementarios.

Ya hemos avisado a la empresa para que se den prisa", añade el arquitecto. La arena también se acumula en los bordes de la carretera. Alrededor de la montaña de tierra hay basura: ruedas abandonadas, muebles viejos,, escombros...

Francisco Soler, portavoz de Entrecanales, asegura que la montaña y los escombros desaparecerán en 15 días".

"Siempre hay un grupo de espabilados que, aprovechando las obras, van y tiran los arreglos de la cocina o del salón. Ya nos preguntó el rector Villapalos y ya le dijimos que todo se arreglará pronto: La zona de escombros se dejará como estaba, y la montaña de arena quedará igualada y lista para que construyan encima", añade Soler.

Pero no sólo hay desperdicios en los alrededores de la montaña. Por todo el terreno que rodea la carretera, en el bosque que une la UNED y la Complutense, se esparce la basura por doquier: botes de bebidas, papeles, plásticos...

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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