España negoció en secreto con un emisario de Obiang

, El Gobierno español acaba de reanudar su labor de buenos oficios para fomentar una cierta democratización de Guinea Ecuatorial a la que prácticamente había renunciado hace 16 meses tras la expulsión de su cónsul en Bata, Diego Sánchez Bustamante, según indican fuentes diplomáticas.La estancia en París del número tres del régimen ecuato-guineano, Anatolio Ndong, viceprimer ministro, para asistir a una reunión de la francofonía, propició el jueves una entrevista secreta con un funcionario español de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), José María Ridau, que fue anteriormente ministro-consejero de la embajada de España en Malabo.

"Se trató de recuperar el diálogo entre moderados del Gobierno y de la oposición guineana", comentó Ridau. Cuatro días antes el embajador español en Malabo, José María Otero, se había entrevistado con el presidente Teodoro Obiang para pedirle que fuese generoso.

Esta doble iniciativa española explica en parte, según fuentes diplomáticas, la relativa mansuetud de la sentencia pronunciada ayer contra el líder opositor Severo Moto y los demás acusados. Obiang está interesado en "lavar la cara" de su régimen desprestigiado y desea poder contar para ello con la colaboración de parte de la oposición. Las gestiones españolas encaminadas a lograr esa cooperación son apreciadas por el jefe del, Estado ecuato-guineano.

El Gobierno español reaccionó ayer a la sentencia publicando un comunicado muy moderado con el que espera lograr en breve el indulto del dirigente opositor Severo Moto y de buena parte de los otros condenados por un supuesto intento de golpe de Estado.Tras manifestar su "profunda preocupación por la gravedad de las penas impuestas", el Ejecutivo de Madrid anuncia que el embajador español en Guinea Ecuatorial, José María Otero" solicitará al presidente ecuatoguineano, Teodoro Obiang, que "ejerza su prerrogativa de gracia sobre los condenados".

El comunicado, que fue difundido por la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores, concluye vaticinando que las medidas. de clemencia pueden "contribuir a revitalizar el proceso democratizador mediante la creación de un clima más favorable al diálogo entre las fuerzas políticas guineanas (...)".

El texto formula finalmente una vaga promesa de reforzar la cooperación con Malabo si Obiang es generoso con sus adversarios condenados. En ese caso, señala, las relaciones de Guinea Ecuatorial con los países donantes se sentará, "sobre bases más firmes".

El Partido Popular español reaccionó también con gran cautela. Su portavoz para temas internacionales, Javier Rupérez, declaró que la sentencia es claramente desmesurada, pero resaltó que "evita la brutalidad de pronunciar penas de muerte". Izquierda Unida criticó, en cambio, a través de su coordinador Mariano Santiso, la debilidad de el Gobierno español con Obiang y reclamó "me didas más contundentes".

"El objetivo de la diplomacia española", comentó un alto cargo de Exteriores, "es conseguir la libertad de los condenados y cualquier otra consideración está subordinada a ello. Los contactos mantenidos con las autoridades guineanas ya han dado algún resultado. La sentencia es menos mala de lo que se anunciaba. Hay además una razonable esperanza de que el presidente Obiang sea clemente".