Bodas con, gran boato
Jesús Gil casa a seis parejas en Marbella con un ceremonial espectacular
, "Parece que se casa un hijo de Clinton", sentenció Jaime de Mora. Dos calesas tiradas por cuatro caballos esperaban a las seis parejas de novios que iba a casar el alcalde de Marbella, Jesús Gil.Un millar de invitados, despistados, turistas y curiosos siguió la ceremonia que ofició Gil en el anfiteatro del Parque de la Constitución y dio cuenta del convite que ofreció el Ayuntamiento.
Las bodas, con las que el gobierno municipal quiere encontrar otro atractivo turístico para la ciudad, se completan con 'estancias gratuitas en hoteles para, los novios. Juan Manuel es albañil y Ana María dependienta de comercio. Durante una hora y media recorrieron en limusina los seis kilómetros de la generosa milla de oroo marbellí y pasearon en carruaje por buena parte de la ciudad. "Es algo de ensueño", dijo el novio, que compartió con otras cinco parejas la primera ceremonia celebrada por Gil.
El Ayuntamiento de Marbella puso ayer en marcha las celebraciones de boda que su alcalde quiere que sean auténticamente sonadas, "en Rusia, en China y en todos los continentes". Para ello Gil no escatimó esfuerzos y puso a disposición de los novios seis limusinas Lincoln y lujosos Bentley, que hicieron la primera parte del largo recorrido, que se completaba con las calesas, escoltadas por un escuadrón de la policía a caballo.
Jesús Gil, que prometió antes de iniciar la ceremonia "no utilizarla para ningún otro fin", no dejó pasar la oportunidad para quejarse de las dificultades encontradas en las administraciones a la hora de que los los novios tuvieran que ultimar los tramites. "No nos dieron facilidad, no quieren que se les escape nadie del pueblo" se quejó el alcalde.
Claveles y música
El escenario del anfiteatro, tachonado con 70 docenas de claveles blancos, servía de fondo al alcalde que, durante una hora, celebró la ceremonia amenizada por el. pianista Felipe Campuzano, el tenor Tony Dalli, la cantante de ópera rock Kimera y la banda municipal.
El servicio de protocolo, dirigido por la hija de Pitita Ridruejo, trataba en todo momento de coordinar al centenar de personas que cuidaban los detalles de la organización.- Gil, que reconoció durante la ceremonia encontrarse muy a gusto "porque la gente se siente bien", extendió la invitación del festejo a todos los presentes, muchos de ellos turistas provistos de vídeos y cámaras. Al oír la invitación, en pocos minutos los asistentes se agolparon ante las mesas que, bajo cuidadas tiendas, rebosaban de comida.
El Ayuntamiento, además del cóctel que ofreció después de la ceremonia, y al que cada pareja pudo llevar a cuantas personas quiso, obsequió a los novios con dos noches en un hotel de cinco estrellas. "No, queríamos desaprovechar la oportunidad de que nos casara nuestro alcalde", señaló Roberto, de 21 años, que contrajo matrimonio con Inmaculada. La ceremonia fue seguida por vecinos y turistas a lo largo del recorrido nupcial, desde un hotel de Puerto Banús al centro de la ciudad.
El Ayuntamiento no ofreció datos de los costes, y agradeció las aportaciones de los comerciantes y restaurantes que sirvieron el convite. Sólo alquilar una calesa se cifraba entre las 200.000 y 250.000 pesetas. "El Ayuntamiento no puede pagar con nada lo que este acontecimiento va a generar para Marbella", afirmaba Jaime de Mora. Gil dijo querer demostrar "que somos diferentes, únicos, libres e independientes, que no necesitamos ni al Gobierno".
En Barcelona, al alcalde Pasqual Maragall casó ayer al filósofo y ex eurodiputado socialista Xavier Rubert de Ventós y la escritora gallega Luisa Castro.
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