Detenido a punta de pistola el fiscal general cuando salía de Malabo

, Los infortunios de Guinea no acababan ayer en Severo Moto, líder de la oposición, y en sus compañeros en el consejo de guerra. Se agudizaron además con la detención del fiscal general de la República Eloy Eló Nve, que ayer pretendía viajar al extranjero, previa autorización del presidente, Teodoro Obiang, y fue sacado del avión en el aeropuerto de Malabo a punta de pistola por el secretario de Estado para la Seguridad, Manuel Nguema Nba, tío de Obiang, acompañado de sus agentes. El fiscal gritaba cuando le detenían: "¡Ley, ley, ley!", en un desesperado intento de que fuese respetado el inexistente Estado de derecho. Y el responsable de la seguridad le respondía. "¡La pistola llega antes que la ley!". Eloy Eló fue conducido a su domicilio, y allí se le mantenía ayer bajo arresto domiciliario.

El día antes, el fiscal general había declarado a Radio Exterior de España: "En Guinea, los poderes fácticos son los que deciden todo, los que manipulan todo". Y abundaba sobre la situación en su país: "Están corruptos

[los jueces]. Cuando le han dado a uno media caja de vino, entonces el Código no le importa; el Código, la Ley de Enjuiciamiento Civil y Criminal, ni nada". El fiscal añadía: "Todas esas cosas son las que hacen que la justicia no pueda funcionar aquí".

La acción represiva no causó sorpresa al fiscal porque Nguema Nba ya le había amenazado de muerte. A él y a la junta de gobierno en pleno de la Corte Suprema, cuando se hallaba oficialmente reunida, por atreverse a sancionar por corrupción a un juez de primera instancia, José María Nsué Nchama, al mismo tiempo agente de seguridad y miembro de las juventudes de Obiang.

Protestas contra España

"Guinea no es una provincia española", rezaba una de las pancartas detrás de las cuales se concentraron ayer unos 2.000 funcionarios ecuatoguineanos y miembros uniformados del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, la formación política de Obiang, ante la cancillería de la Embajada de España en Malabo. Su actitud fue en todo momento pacífica, pero, por precaución, se cerraron los accesos a la sede diplomática, informa Ignacio Cembrero.

Coreaban algunos eslóganes, entre los que "¡abajo España!" era el más frecuente. Solicitaron entregar un escrito a algún diplomático, en el que afirmaban rechazar la campaña de la prensa española contra el Gobierno de su país y denunciaban además la injerencia española en los asuntos internos de la ex colonia. Tras hacer entrega del texto se disolvieron.