Vuelven los salmones a los ríos mineros asturianos

Los salmones han vuelto a las aguas de los ríos hulleros asturianos Castigados por más de un siglo de extracción minera y vertidos industriales, los cursos fluviales de las cuencas carboneras del Caudal y del Nalón habían acabado con todo vestigio de su riqueza piscícola Ahora, tras fuertes inversiones en saneamiento y depuración, y coincidiendo con el declive minero, los primeros peces de criadero han comenzado a poblar los cauces de estos ríos con la suelta de cuatro salmones y 400 truchas la semana pasada. Con ellos ha vuelto la vida al río Caudal, donde el último salmón se pescó hace 78 años.

, Asturias es la región donde el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA) más dinero ha invertido en depuración de aguas en los últimos años: más de 25.000 millones de pesetas, mediante la declaración de las obras de interés general del Estado.La repoblación, iniciada por el Ayuntamiento de Mieres, se completará en mayo con la suelta de miles de alevines. El propósito es devolver a estos cursos su antiguo esplendor. Por lo pronto, sus aguas ya bajan claras. En el Principado, región salmonera por excelencia y que aporta cada año el 70% de las piezas que se cobran en España, se pretende que los pescadores que todas las primaveras pueblan las riberas de sus ríos más afamados (Cares, Deva, Sella, Narcea, Esva, Na via y Eo) se aposten también con sus cañas en los cauces de los cursos fluviales dañados por más de cien años de explotación hullera.La semana pasada, en el mismo lugar donde un lugareño pescó en 1917 el último salmón del Caudal, el Ayuntamiento de Mieres del Camino y la Asociación Asturiana de Pesca Fluvial soltaron cuatro ejemplares de salmón y 400 truchas reproductoras. Todos los escolares de la zona fueron invitados al acontecimiento. Se trataba de un suceso insospechado hace sólo unos años. Ahora, el declive de la industria hullera, el cierre de algunos pozos y sus lavaderos y las fortísimas inversiones acometidas en nuevos métodos de lavado del mineral y depuradoras han hecho posible que quepa empezar a soñar con la recuperación de los "arroyos cristalinos".La suelta de ejemplares ha sido, en realidad, más el anuncio de un futuro esperanzador cada vez más cercano que la constatación de una recuperación ya conquistada. De hecho, existen fundadas dudas de que los cuatro ejemplares de salmón sean capaces de sobrevivir. Queda mucho trecho aún por recorrer y obstáculos por salvar, como la construcción de escalas que permitan a los peces remontar los cursos allí donde se construyeron instalaciones hidroeléctricas y alcanzar, en fin, la pureza definitiva de unos ríos donde la riqueza salmonera era tal que el hoy preciado pez era ingrediente cotidiano en la dieta de los trabajadores que construyeron el ferrocarril a finales del siglo pasado. Tanto que en la memoria colectiva perdura un vago recuerdo de una huelga obrera a causa precisamente del hartazgo de salmón.