Generosidad orejil

, Había ganas de divertirse por parte del público en esta corrida que inauguraba la temporada barcelonesa. Ello se tradujo en la generosidad con que se solicitaron los trofeos en la segunda parte del festejo, concedidos justamente, porque la presidencia se atuvo a lo reglamentado, que establece que la primera oreja se concederá a petición mayoritaria del público. Un público que cubrió más de un cuarto del amplio aforo, a pesar de la casi nula publicidad que de esta corrida se hizo.

Los toros de Vasconcellos, una de las ganaderías triunfadoras de la pasada temporada, fueron, sin aparatosidades, preciosos de hechuras, incluyendo algún ejemplar muy astifino. Su juego puede ser calificado de aceptable, aunque con tendencia a quedarse cortos en las embestidas. Los que mayores dificultades ofrecieron fueron el primero de Campuzano y el que cerró plaza.

Inteligencia lidiadora

José Antonio Campuzano es un torero poderoso y con, el oficio bien aprendido. Por ello no debió consentir el desbarajuste que se produjo en el tercio de varas de su primero. Sólo se decidió a poner a prueba sus dotes lidiadoras en la faena de muleta, una faena de mérito por las dificultades de la res, a la que liquidó apuntando a los bajos. El cuarto humillaba, pero fue a, menos, y la faena de Campuzano tuvo sabor e inteligencia lidiadora. No apretó el acelerador, pero hubo detalles muy toreros. Esta vez la estocada, aunque trasera, fue arriba y entrando con excelente estilo.

A Manuel Caballero le tocó el lote más bonancible. En su primero llevó bien la lidia, pero con la muleta se hartó de dar pases, sin calentar los tendidos. Lo mejor fue la certera y bien ejecutada estocada. Su segundo fue muy noble, un toro para muletearlo con lentitud. Caballero así lo hizo en muchos momentos, con temple y armonía en una faena a la que no ponía una gran vibración la noble, pero algo sosa, embestida del animal. Una casi entera desprendida y dos descabellos enfriaron algo el efecto de la labor muleteril.

Abel Oliva tomó la alternativa y evidenció una vez más valor, pundonor y voluntad. Tragó mucho en los medios en la faena a su primero, aunque faltase algo de dominio. El sexto fue una papeleta para un recién alternativado, porque era bronco y presentaba bastantes dificultades. Oliva volvió a estar valeroso y arrancó la tercera oreja de la tarde al conseguir una estocada de efectos fulminantes, entrando con gran arrojo.