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Las intensas negociaciones pesqueras Canadá-UE embarrancan en las cuestiones de principio

Xavier Vidal-Folch

Las delegaciones de Ottawa y Bruselas reemprendieron ayer la negociación sobre la solución del conflicto pesquero que les enfrenta. La Comisión Europea hizo caso omiso, del ultimátum lanzado por el ministro canadiense de Pesca, Brian Tobin, consistente en realizar más apresamientos de barcos si no se logra un acuerdo para hoy, miércoles. Pero las negociaciones -"simples conversacioneses", según la acepción canadiense- embarrancaron ya en el capítulo de los principios (multilateralización, 200 millas, fianza del Estai). Ni siquiera se abordó la cuestión de las cuotas de capturas. Sendas delegaciones de la Comisión Europea y de Canadá negociaron ayer "intensamente" sobre la solución al conflicto del fletán.

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El director general de Relaciones Internacionales de Bruselas, Horst Krentzler, y el embajador canadiense, Jacques Roy, encabezaron las conversaciones, que se prolongaron durante dos horas y media. en la mañana de ayer. Los negociadores quedaron "bloqueados en el capítulo de los principios", según fuentes de la Administración española, al no conseguir ninguna muestra de flexibilidad de Canadá.Los escollos son tres, según estas fuentes. Primero, Canadá no ofrece garantías sólidas de que no reimplantará el reglamento que amplía su jurisdicción más allá de las 200 millas y que se ha comprometido a retirar. Segundo, no acepta una fecha concreta para la reunión de la NAFO, lo que vacía de contenido la proclamación de que el" acuerdo debe ser multilateral y no sólo bilateral. Y tercero, no garantiza la devolución de la fianza del Estai más que con una recomendación positiva a su fiscal general, lo que se juzga insuficiente. Además, no está dispuesta a aplicar dentro de sus 200 millas los mismos sistemas de control (satélite e inspectores) a acordados entre ambas partes Para las aguas internacionales. Al mantenerse el desacuerdo en las cuestiones de principio, ni siquiera se abordó el capítulo de las cuotas.

De forma que lo más interesante de la discusión de ayer es el mismo hecho de haberse producido. Pese a que se trató, según la Comisión, de una "negociación en toda regla", Canadá negaba ese carácter a las reuniones. Un portavoz de Ottawa indicó a este diario que se trataba de " meras conversaciones sobre la situación" y que la diplomacia de su país estaba "abierta a discutir sobre la interpretación" de los puntos que desease Bruselas.

Este aparente juego del ratón y el gato obedecía a la necesidad de resolver de una forma pragmática la nueva intervención del ministro canadiense de Pesca, Brian Tobin, quien anteanoche amenazó con tomar "las medidas apropiadas" si Bruselas no asumía el acuerdo este miércoles -hoy-, en un especie de ultimátum al que sin embargo negó carácter formal de tal. Tobin añadió que lo sustancial del acuerdo ya estaba sobre la mesa y que por tanto, correspondía a la otra parte decidir.

Portavoces de la Comisión respondieron que ayer el embajador canadiense había asegurado a sus interlocutores comunitarios que no tomaran el emplazamiento de Tobin como un ultimátum. "No lo toméis en serio", habría dicho el diplomático. "En todo caso, nosotros relativizamos las palabras de Tobin, porque ya nos ha acostumbrado a muchas declaraciones, no siempre en el buen sentido para la negociación", dijeron los portavoces de la Comisión. "En consecuencia, la LJE no negocia bajo presión ni sobre la base de un ultimátum".

En cuanto a las cuotas, aunque no se abordaron concretamente, parece abrirse camino la idea de un punto intermedio entre el 37% propuesto por Canadá (10. 000) y el mínimo del 50% reclamado por España (13.500 toneladas, de las que un 80%, 10.800,. serían para España y el resto para Portugal). Este punto intermedio se situaría por encima del 41% para ambas partes. La consecución del acuerdo se vería facilitada mediante una operación de cesiones de cuota por parte de otros países de la NAFO: Polonia (500 toneladas) y los países bálticos -que no faenan en la zona- ya han hecho el gesto de ofrecer las suyas, y algunas fuentes dicen que se cuenta también con las de Rusia (3.200 toneladas), aunque éste país ha sido siempre muy reacio a ceder cuotas.

La Comision, en su reunión plenaria, y el Coreper -Comité de Representantes Permanentes, que agrupa a los embajadores de los Quince- evaluarán hoy los resultados por parte comunitaria. "Después lo harán Chrétien y Tobin", indicaron fuentes diplomáticas canadienses.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, criticó el ultimátum dado por Tobin: "Por ser cariñoso", afirmó en Madrid, "diré que nos tiene acostumbrados a frases imprudentes". Solana, que no tiene la intención de irse de vacaciones estos días para poder seguir de cerca la crisis, afirmó que para que España dé su visto bueno a Brian Tobin y Canadá no basta con que le ofrezcan una cuota de capturas satisfactoria "sino que hay temas de principio que deben quedar resueltos y bien resueltos".

"Canadá tiene que retirar el instrumento jurídico ilegal", subrayó, del que se ha dotado para poder apresar barcos pesqueros más allá de las 200 millas de sus aguas juridiccionales. En cuanto a la cuota, añadió, "no aceptaremos nunca la posición de Canadá de que se nos debe dar un 36%" de las capturas.

Mientras, el Ministerio de Defensa anunciaba en Madrid el envío, mañana día 13, de otro patrullero español, el Atalaya, a los caladeros de Terranova, para revelar al Serviola en la misión de apoyo a la flota española.

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