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Pujol insiste en la necesidad del reconocimiento diferencial de las nacionalidades ante el Senado

Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, planteó ayer en el Senado la necesidad de que la reforma constitucional de esta Cámara reconozca el "hecho diferencial" de las nacionalidades, que en el caso de Cataluña concretó en su lengua, su cultura y su conciencia histórica. Pujol recibió las críticas del PP, cuyo ponente, José Miguel Ortí Bordás, negó que España sea plurinacional. Ricardo Sanz, del PNV, elogió la altura del discurso, pero se quejó de su "excesivo realismo político". Pujol aprovechó el viaje para entrevistarse en La Moncloa con Felipe González, con el que también cenó.

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González y Pujol dialogaron sobre política autonómica a sólo tres días de que se reúna, el próximo lunes, la Comisión Mixta de Traspasos Estado-Generalitat. También analizaron durante su entrevista en La Moncloa las perspectivas electorales ante los comicios del 28 de mayo.En su intervención ante la ponencia de reforma constitucional del Senado, con la que se cerró la ronda de presidentes autonómicos, Pujol intentó evitar la polémica, y habló más de filosofia política que de propuestas. Argumentó que los nacionalistas catalanes no tienen prisa, siempre que se avance "en la buena dirección" de reconocer la plurinacionalidad de España.

Hace menos de un mes, en el 15º aniversario de su elección como presidente, Pujol manifestó que la reforma del Senado debía profundizar en el reconocimiento de la diferencia entre nacionalidades y regiones, reconocida en la Carta Magna. Ayer se limitó a apuntar la necesidad del reconocimiento diferencial, pero no concretó. "España es una realidad política, social, histórica, que comprende dentro de ella distintas nacionalidades, una de las cuales es Cataluña", señaló.

Esto, argumentó, debe ser tenido en cuenta en el momento de definir "ya totalmente" la estructura española. Si en la Constitución se introdujo el doble concepto de regiones y nacionalidades fue por algo: "Porque se entendió que no había homogeneidad". ¿Cómo se traduce esta distinción?, se preguntó. "Esta es una pregunta que todavía no tiene respuesta, pero es importante que se plantee esta realidad diversificada y muy plural de España".

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Pujol argumentó que hay tiempo de sobra para formular propuestas. "He venido pensando más en la creación de una mentalidad, en discutir e intercambiar puntos de vista, de hacer por aprender determinadas cosas que en Cataluña se ven de determinada forma, que en la búsqueda de resultados concretos". Ese debate debe llevarse a cabo con serenidad, sin prisas, sin hacer presión sobre nadie y sin que nadie se escandalice, argumentó.

Dijo que la médula espinal de la nacionalidad en Cataluña se basaba en la lengua, así como en Navarra es la foralidad. Retomó, en este sentido, la intervención del presidente navarro Juan Cruz Alli ante la ponencia constitucional hace unas semanas.

Hizo algunas sugerencias sobre competencias para el futuro Senado. Concretó que en asuntos como el equilibrio territorial o los acuerdos internacionales, sobre todo aquellos relacionados con la Unión Europea que puedan afectar a las competencias estatutarias, el Senado debiera reclamar ser Cámara de primera instancia o, incluso, de última instancia, la Cámara con más rango.

El presidente catalán plantea que el Senado debe decidirse entre ser una Cámara territorial, como dice la Constitución -"pero de verdad, plenamente", declaró al término de la sesión, celebrada a puerta cerrada- o una Cámara de segunda lectura, si bien admitió la posibilidad de que la fórmula final sea híbrida.

Sugirió que los senadores sean elegidos por los Parlamentos autónomos, pero únicamente entre diputados electos, no designando a personas no sometidas al sufragio popular. Admitió sólo como excepción que algún senador proceda de un nombramiento distinto.

La intervención de Pujol suscitó una actitud critica en el ponente del PP, José Miguel Ortí Bordás. Éste manifestó a Pujol que "en España, nación no hay más que una" y negó su carácter plurinacional. El portavoz del PP y también ponente Ángel Acebes llegó tarde a la sesión y salió antes de que Pujol finalizara, lo que no pasó desapercibido para los asistentes.

El ponente del PNV, Ricardo Sanz, se extendió sobre las particularidades políticas y económicas de Euskadi. Pujol le respondió que no se atrevía a opinar a fondo sobre las especificidades vascas y que se remitía a la opinión del lehendakari Ardanza y del presidente del PNV, Xabier Arzalluz.

La reacción más entusiasta procedió del socialista Bernardo Bayona. Esté manifestó que la intervención de Pujol había sido "muy positiva" por su carácter de confluencia con las de otros presidentes autonómicos. "Su opinión sobre la composición y las funciones del futuro Senado no difiere de Í la de otros presidentes autonómicos y el hecho diferencial no lo ha planteado en términos de privilegio para ninguna comunidad".

Pujol se reunió a almorzar con un grupo de empresarios convocatos por el presidente del BBV, Emilio Ybarra, entre los que estaban Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, Carlos Ferrer Salat y José María Cuevas.

[Los nacionalistas recibieron ayer las críticas del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, que viajó ayer a Lanzarote para participar en una fiesta mitin del PSOE. Guerra afirmó que conservadores y nacionalistas "siempre tienen algo que les hace iguales". "Los más poderosos económicamente no siempre se presentan en todas partes con el mismo rópaje", añadió.]

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