"Hay valoraciones desmesuradas de artistas jóvenes", según Bozal
El historiador pone al día y en edición de bolsillo el arte del siglo XX en España
El historiador del arte Valeriano Bozal, de 54 años, ha puesto al día su obra monumental Pintura y escultura españolas del siglo XX, que ocupa los volúmenes 36 y 37 de la colección Summa Artis, de Espasa-Calpe, en una nueva edición de bolsillo. Con el título de Arte del siglo XX en España, mantiene los dos tomos, dedicados a la pintura y escultura entre 1900 y 1939 y desde el final de la guerra civil hasta 1990. El autor declara que se han producido "valoraciones desmesuradas de artistas jóvenes, acentuadas por el mercado".
La Residencia de Estudiantes, de Madrid (20.00, Pinar, 23), será el próximo lunes el escenario de la presentación, a cargo de Tomás Llorens, conservador jefe del Museo Thyssen-Bornernisza, de la obra Arte del siglo XX en España, de Valeriano Bozal con la que Espasa-Calpe inicia la colección Grandes Obras de Bolsillo. Catedrático de Historia del Arte Español Contemporáneo, Bozal ha actualizado sus análisis publicados desde los años sesenta, sobre todo en El realismo plástico en España de 1900 a 1936 e Historia del arte en España, un manual ya clásico con 100.000 ejemplares vendidos. Desde diciembre es presidente del Patronato del Museo Nacional Reina Sofía, miembro del consejo del IVAM y director de la colección de ensayo La Balsa de la Medusa y del comité de la revista.El "Hauser español", según Vázquez Montalban, sigue pensando que no escribe una historia social del arte. "Siempre hay algún elemento sociológico, pero siempre he mantenido el análisis de las imágenes, a través de las obras concretas de los artistas, junto con el estudio de pequeñas monografías de autores que sirven para marcar el entramado de sentidos y estilos".
El primer tomo busca la modernidad, desde el modernismo y la diversidad peninsular, los cubistas, los artistas españoles en París, los años de la II República y la guerra civil, junto con los análisis dedicados a Picasso, González, Miró y Solana. El segundo tomo entra en el arte de la' posguerra y exilio, el desarrollo (informalismo, figuración y realismo, arte objetual), el arte de los ochenta, la nueva escultura, clásicos y posmodernos.
"El primer problema es si el arte español forma parte del arte europeo, de vanguardia, o si es un arte marginal. Creo que es una, historia periférica, pero no necesariamente marginal, ya que se relaciona con la órbita de París, sobre todo con Picasso y Julio González". Bozal está de acuerdo con el tópico de la ruptura que supuso la guerra civil, y que divide su historia del arte en España, pero en las últimas semanas se inclina a cambiar la periodicidad y llegar en el primer tramo al año 1957, "cuando el foco parisino empieza a ser sustituido por el foco americano, y la modernidad europea recibe la influencia estadounidense, como ocurre con Tápies y Chillida".
Bozal encuentra algunas constantes en el arte español de este siglo. "Desde el cubismo hasta ahora hay una autoconciencia en la condición del objeto artístico, que se trabaja con un lenguaje. Otra es la pretensión de hacer algo original, pero sin ser radicalmente nuevo, y la incidencia del arte en el mundo social, el compromiso del artista". Picasso es la figura central, sobre todo porque "es un referente cultural, no sólo plástico, sino como una propuesta de comprensión del mundo y de los hombres. Picasso es el pintor pagano y clásico por excelencia, por ser una cuestión de cultura". Es el mismo caso de Goya -sobre el que Bozal ha publicado varios libros (Imagen de Goya, Goya y el gusto moderno-, "que me permite comprender la realidad; es la cara sombría del mundo, de la modernidad, y sigue vigente".
Sobre el arte último, Bozal considera que se ha distorsionado, sobre todo por la influencia de los medios de masa y la crítica en los periódicos. Cita los esquemas: el compromiso en los setenta, la pintura-pintura en los ochenta, los objetos en los noventa, con la colocación de nombres concretos en cada apartado. "Estas clasificaciones son recursos de moda. En la misma década de jóvenes siguen trabajando Tápies, Saura o Chillida. Hay que recuperar la trayectoria de artistas en su conjunto. Así se dan valoraciones desmesuradas de artistas jóvenes, acentuadas por el mercado, con subidas artificiales. Barceló o Sicilia necesitan un tiempo y el tiempo dará la medida de su valor y su interés".
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