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El arreglo de las cubiertas del Prado modificará la silueta del museo

El Ministerio de Cultura ha elegido el anteproyecto de los arquitectos Dionisio Hernández Gil y Rafael Olarquiaga para reformar las cubiertas del Museo del Prado -en octubre de 1993 hubo goteras en vanas salas-, en un concurso de ideas al que habían sido invitados 10, equipos de profesionales españoles. Los estudios presentados se concretan en aspectos como las trazas originales del edificio de Juan de Villanueva, la iluminación de las salas, los patios interiores, la visión del exterior y los materiales a utilizar.El patronato del museo y Cultura analizaron el martes los anteproyectos presentados por los arquitectos Julio Cano Lasso, Estanislao Pérez Pita y Jerónimo Junquera, Dionisio Hernández Gil y Rafael Olarquiaga, Francisco Rodríguez Partearroyo, Gabriel Ruiz Cabrero, Carlos García Tolosana y Javier Vellés. Aunque también fueron invitados al concurso, no acudieron Rafael Moneo, Javier Sáenz de Oiza y Juan Navarro Baldeweg.

Cultura seleccionó el trabajo de Hernández Gil y Olarquiaga, aunque ha señalado que incorporará las sugerencias de otras propuestas. La opinión del patronato se centró también en el anteproyecto finalista de Pérez Pita y Junquera, con una caja de luz natural con iluminación a las paredes. El presidente, José Antonio Fernández Ordóñez, destacó ayer "el alto nivel técnico de la arquitectura española y el esfuerzo que han hecho todos los presentados".

Iluminación

Dionisio Hernández Gil declaró ayer que las ideas iniciales se centran en recuperar las trazas originales del edificio proyectado por Villanueva, que en este siglo ha sufrido tres ampliaciones que alteran el perfil de las cubiertas, incluida la cobertura de los patios, que se va a mantener. Los perfiles que se van a cambiar se sitúan sobre todo en las zonas de Murillo y Goya, el caballete central y los lucernarios.

La reforma afectará a unos 10.000 metros, cuadrados, entre la lámina exterior y el techo de las salas, por lo que se modifica el sistema de iluminación y de tránsito por el encamonado. Esta zona es la más delicada según los informes previos, como el presentado por la firma Ove Arup, que alertaba de peligros de incendio y seguridad.

Las obras van a cambiar la iluminación natural de las salas, filtrada ahora por toldos y lamas cambiantes, que se encuentran en mal estado. La nueva orientación, hacia el Norte, va a reducir a la mitad la intensidad de la luz. El arquitecto calculó que un día como ayer, con sol sin nubes, había más de 1.000 lux, cuando está recomendado entre 150 y 200 lux para la buena conservación de las pinturas. Los materiales empleados en la cubierta serán plomo, vidrio y pavés, frente a la mezcla de los 12 actuales.

El presupuesto de, ejecución material es de 900 millones, aunque los gastos totales alcanzarán los 1.400. Las obras comenzarán en julio y durarán 18 meses.

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