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El Palacio ardió con el sistema contra incendios desconectado

Jan Martínez Ahrens

. El sistema automático de detección de incendios del Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid estaba desconectado el pasado 15 de marzo, día en que se desató el incendio que arrasó su interior. Este dato, obviado por la Secretaría General de Turismo -que explota el edificio-, figura en el informe elaborado por los expertos del servicio de extinción del Ayuntamiento de Madrid. La desconexión del principal elemento de. prevención contra el fuego no impidió que el Palacio de Exposiciones, uno de los foros más importantes y supuestamente más seguros de España -acogió en 1989 la cumbre comunitaria-, mantuviese su tónica laboral y albergase ese mismo día una multitudinaria convención de la compañía IBM y preparase un recital del grupo Esclarecidos. El escenario de ambos actos resultó luego uno de los espacios más dañados.

Es más, fuentes cercanas a los bomberos municipales han señalado que cuando se declaró el incendio el citado sistema automático -basado en sensores de humo y calor- llevaba ya dos días fuera de servicio, presumiblemente por una reparación. Esta desconexión explica por qué las llamas avanzaron durante dos, horas por esta sede oficial sin que nada las detectase. De hecho, el fuego, descubierto por una telefonista que olió a quemado, ya se había propagado por gran parte del ala norte cuando llegaron los bomberos. Así, con el fracaso del sistema de prevención, las llamas arrasaron el 25% del edificio -uno de los dos auditorios, el techo del escenario y dos pisos de oficinas-. Un daño que, según los técnicos del Ministerio de Comercio, tardará un año en ser reparado.

PASA A LA PÁGINA 3

Los bomberos niegan haber acudido con retraso al Palacio de Congresos

VIENE DE LA PÁGINA 1Pero la investigación municipal va más allá y destapa que durante la extinción del fuego las bocas de incendio perdieron presión rápidamente. Asimismo, los técnicos destacan la escasa resistencia al fuego de las puertas y el almacenamiento provisional de materiales inflamables.

Los responsables políticos de la Concejalía de Seguridad, que ordenó al día siguiente del siniestro la realización del citado informe, han preferido guardar silencio en torno a la investigación y han decidido enviar sus resultados a la Secretaría General de Turismo -que depende del Ministerio de Comercio- para que adopte las medidas que considere oportunas.

Fuentes cercanas al servicio de bomberos, sin embargo, han manifestado su enfado tanto por la desconexión como por la reacción de la dirección del Palacio de Congresos, que en su único comunicado oficial sostuvo que los bomberos llegaron al incendio 21 minutos después de recibir la primera petición de auxilio. Estas fuentes niegan tajantemente el retraso y mantienen que el primer equipo de bomberos tardó sólo seis minutos.

Esta avanzadilla se dirigió directamente al lugar del que se pensó que procedía el fuego: un compartimiento de la primera planta, empleado como almacén. Mientras tanto, en la sede de los servicios de extinción, siempre según las citadas fuentes, persistían las llamadas del personal del edificio, que no se había percatado de la llegada de los bomberos.

Dudas sobre el origen

Lo que sí reconocen dichas fuentes es que en esta primera secuencia se ignoraba la extensión real del fuego, al que se consideraba aún pequeño. No fue sino 20 minutos después, poco antes de caer el techo del escenario -de piedra y estructura metálica-, cuando se conoció su alcance. La movilización de efectivos, entonces, fue masiva.

En este contexto, el informe pone en duda que el incendio se iniciase en el citado compartimiento y aventura que se pudo desatar en la tercera planta. A favor de esta hipótesis figura el que los propios técnicos del Ministerio de Comercio, en su evaluación de los daños, indicaron que las llamas devastaron la tercera y la cuarta planta del edificio, en tanto que la primera y la segunda se salvaron de la destrucción total.

Precisamente, estos técnicos fueron los que una semana antes del fuego pusieron a prueba -satisfactoriamente, según sus declaraciones- el sistema antiincendios. Esta moderna instalación se basa en sensores que emiten su señal a un ordenador central. Su posible fallo ya fue criticado por los servicios de extinción poco después del incendio. La respuesta oficial obvió la cuestión. En ningún momento, los responsables del Palacio de Exposiciones o de la Secretaría General de Turismo, a los que este periódico trató de localizar sin éxito el viernes por la tarde, han ofrecido respuesta al respecto.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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