El dinero y el arte

En Hollywood, el dinero no ensucia el arte. La industria hace cine para ganar dinero, mucho dinero, y los directores ganan dinero para poder hacer su cine. Estos son, más o menos, los términos en los que está planteado el negoció. Por eso, cada vez que se llega a la ceremonia anual del Oscar todo el mundo echa cuentas sobre cómo está resultando la cosa.Todos saben, por ejemplo" que la victoria en la noche del lunes le aportaría a su película unos 30 millones de dólares (3.870 millones de pesetas) extras en taquilla. Algo menos o algo más en función del número de premios y de la calidad de éstos.

Pero ni siquiera hace falta premio para hacer crecer las arcas. La sola denominación de una película le da a ésta un revulsivo económico. The Madness of King George, una delicada y compleja película inspirada en el siglo XVIII, multiplicó por tres sus ingresos desde que hace mes y medio fue propuesta para cuatro oscars, y ya lleva ganados casi 10 millones de dólares.

Esa cifra, por supuesto, es ridícula comparada con los 312 millones (40.248 millones de pesetas) que llevaba recaudados Forrest Gump a mediados de este mes. Y más ridícula aún cuando se la enfrenta a los casi 800 millones de dólares (103.200 millones de pesetas) que, entre taquilla y vídeo, ha ganado la película de dibujados animados The Lion King, sin contar los ingresos por juguetes, camisetas y otros productos con esa marca.

Pero este ha sido, comercialmente hablando, un año raro en el mundo cinematográfico. Los Picapiedra, por ejemplo, ganó en Estados Unidos unos 135 millones de dólares (17.415 millones de pesetas), que es poco tratándose de un producto de su clase. Mientras que un documental sobre la historia de un joven jugador de baloncesto, Hoop Dreams, ronda unos ingresos de siete millones de dólares (903 millones de pesetas), uno de los más altos de la historia de ese género. Casi la mitad del dinero llegó después de que el título fuera propuesto para los oscars.

Caso sorprendente

Pulp Fiction también es un caso sorprendente. La agresiva cinta del joven director Quentin Tarantino ha recolectado hasta ahora cerca de 90 millones de dólares (11.610 millones de pesetas), lo que significa una proeza para una película que hace pocos años hubiera estado destinada a las salas alternativas. Con Pulp Fiction se ha dado el caso, bastante excepcional, de que su éxito en Europa sirvió para potenciar la cinta en Estados Unidos, normalmente indiferente a los designios de los festivales extranjeros.

Ese fenómeno no se ha repetido en Bullets over Broadway, la maravillosa película de Woddy Allen, quien volverá a estar ausente mañana en Los Angeles pese a que su nombre será mencionado entre la lista de los denominados para el Oscar al mejor director. Su última obra no está designada entre las candidatas a mejor película.