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Crítica:CINE EL SEDUCTOR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Caricatura de chalés adosados

Tras su fructífera colaboración con el italiano Marco Ferreri y los españoles Luis García Berlanga y Carlos Saura, el guionista Rafael Azcona también lleva un buen número de años y de películas escribiendo para José Luis García Sánchez. El resultado son algunas buenas comedias de costumbres, entre las que destaca El vuelo de la Paloma (1989), que tienen interés, pero suelen encerrar algún pequeño defecto que hace que no sean todo lo divertidas que debieran.El seductor pertenece a este grupo de comedias de costumbres, su acción se desarrolla íntegramente en una de esas características urbanizaciones de chalés adosados que rodean algunas zonas de Madrid y es una perfecta caricatura de una familia de clase media. Desde los padres, que llevan un restaurante, hasta los hijos, el mayor de 15 años, obsesionado por el sexo, y la pequeña, un atractivo personaje secundario.

El seductor

Director: José Luis García Sánchez. Guionista: Rafael Azcona. Fotografía: Fernando Arribas. Música: Cómplices. España, 1994. Intérpretes: María Barranco, Antonio Hortelano, Santiago Ramos, Kiti Mánver, Enrique San Francisco, Alicia Vogo. Estreno en Madrid: Roxy A, La Vaguada, Bogart, Excelsior, Colombia.

Argumento mínimo

Bien escrita por Azcona y hábilmente rodada por García Sánchez, el defecto de El seductor es que su argumento es mínimo, desarrolla una situación única y apenas cubre sus 90 minutos de duración; da la impresión de estar estirado, en especial algunas escenas, como la del restaurante donde bailan tangos. La anécdota de cómo el quinceañero consigue acostarse con su nueva vecina, que muy bien podría ser su madre, está perfectamente desarrollada, pero resulta larga sin serlo. Primero, por faltarle elementos dramáticos enriquecedores, y luego, por carecer de un cierto sentimentalismo al ser todos los personajes, y en especial el quinceañero protagonista, eje, de la historia, demasiado buenas caricaturas.

Al fin y al cabo, lo que se cuenta es la educación sentimental de un jovencito, y además, desde su punto de vista, pero ni Rafael Azcona ni García Sánchez sienten el menor cariño por su personaje, se dedican a caricaturizarle con gran habilidad, a lo que también colabora el trabajo del debutante Antonio Hortelano, y no hay ni rastros del sentimentalismo que hubiese requerido la historia.

Por lo que lo mejor de El seductor es el perfecto dibujo que hace de una urbanización de chalés adosados. Y a un nivel más concreto, el excelente personaje del profesor particular.

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