Rodríguez Ibarra acusa a Pujol de querer dividir permanentemente a los españoles

El presidente de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, acusó ayer al presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, de intentar dividir permanentemente a los españoles al distinguir entre nacionalidades y regiones. Pujol manifestó la víspera en el Parlamento catalán que la reforma del Senado debía consagrar la diferencia entre nacionalidades y regiones recogida en la Constitución. El jefe del Gobierno catalán expondrá el 7 de abril en el Senado su propuesta, que también es rechazada por el PP e Izquierda Unida.

El portavoz de CiU en la Cámara alta, Joaquim Ferrer, anunció ayer que la pretensión de los nacionalistas catalanes es que la reforma del Senado, que lleva aparejada una modificación constitucional, permita especificar las nacionalidades: Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía. Ferrer defiende para estas nacionalidades un sistema de garantías en el Senado que se concretaría en la posibilidad de que sus senadores veten las leyes básicas que vulneren sus competencias exclusivas.La propuesta de Pujol tuvo ayer una dura respuesta del presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y otra más moderada del portavoz de la Junta de Castilla y León, el popular José Manuel Fernández de Santiago. Éste último dijo que la Junta de Castilla y León respetaba los hechos diferenciales, recogidos en la Constitución, pero que se oponía a cualquier tipo de privilegio de las comunidades.

Rodríguez Ibarra fue más rotundo. A la salida de la ejecutiva del PSOE dijo: "Pujol está que" riendo dividir a todo el mundo. Creo que en la división radica su fuerza. Ahora vuelve a un tema que parecía que estaba agotado y dormido, como es establecer diferencias entre unas regiones y otras".

A su juicio, la propuesta de Pujol "carece de todo rigor científico". "Cuando dentro de unos años se diga a nuestros hijos y nietos que unas comunidades son históricas y otras no, se morirán de risa. ¿Por qué los catalanes son diferentes al resto de los españoles? ¿Porque tienen una lengua? Entonces, ¿los que tienen agua tendrían que ser diferentes de los que no la tienen?", se preguntó.

Rodríguez Ibarra defendió una reforma del Senado que sirva para aumentar el "encuentro" de las comunidades autónomas entre sí y con la Administración central, y no como "fúente de privilegios".

La reacción de los portavoces del PSOE y del PP en el Senado fue también crítica hacia Pujol, pero más moderada. Especialmente la de Bernardo Bayona, portavoz socialista en la Cámara, quien dijo que hay que esperar a que Pujol explique su propuesta en la ponencia de reforma constitucional, el 7 de abril.

Bayona aclaró que, si bien la Constitución reconoce la existencia de nacionalidades y regiones en su artículo 2, el objetivo de la reforma del Senado no es agrandar esas diferencias, sino buscar formas de cooperación entre las comunidades potenciando las funciones y reformando la composición de la Cámara alta. Bayona opina también que otorgar unos mecanismos de garantía a unas comunidades y no a otras es crear privilegios.

Diego López Garrido, de IU, opina que consagrar la diferencia entre nacionalidades y regiones abriría una dinámica que supera el objetivo de la reforma del Senado y establecería, a su vez, un sistema de privilegios.

Ángel Acebes, del PP, también está en desacuerdo con la propuesta de Pujol. "No la compartimos en absoluto. Además, creemos que el modelo constitucional lo que establece es la igualdad entre nacionalidades y regiones, es decir, que todas puedan tener el mismo techo y que cada una de las regiones, en virtud de sus autonomías, puedan decidir a qué tipo de cuota competencial quiere llegar".