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CIRUGÍA DIGESTIVA INNOVACIÓN TÉCNICA

Reconstrucción del esfínter anal contra la incontinencia

El servicio de cirugía digestiva del hospital madrileño Ramón y Cajal ha desarrollado una nueva técnica quirúrgica para eliminar la incontinencia anal por distensión del esfínter mediante la trasposición de músculos glúteos y la aplicación de neuroestimulación posterior del músculo trasplantado."La primera técnica de estimulación tras la reconstrucción del esfínter utilizando un músculo cercano -el gracilis de las piernas -se desarrolló por primera vez en Holanda en l988", explica José Manuel Devesa, jefe de la unidad de cirugía de colon, recto y ano del Ramón y Cajal. "Esta estimulación, mediante un pequeño marcapasos subcutáneo, permite recuperar casi por completo las funciones anales normales en un 70% de los casos intratables".

La reconstrucción con músculos glúteos, desarrollada por el equipo del Ramón y Cajal, ha resultado efectiva en un 60% de los casos tratados sin necesidad de neuroestimulación con un marcapasos. Si se combina con el neuroestimulador subcutáneo, permite solucionar además la incontinencia anal casi en el 90% de los pacientes en los que habían fracasado las dos técnicas anteriores.

Uno de cada 10 españoles padece este trastorno por distensión del esfíinter. Las causas más frecuentes en los adultos son los traumatismos y la pérdida de la inervación de la zona como consecuencia de partos complicados y por el envejecimiento.

El defecto es congénito en uno de cada 6.000 niños. Hasta ahora, la única alternativa para un gran número de pacientes era la realización de un ano artificial debajo del ombligo. El equipo dirigido por Devesa ha realizado 24 intervenciones utilizando músculo glúteo desde 1993, de ellas 10 incorporando además la neuroestimulación mediante el marcapasos subcutáneo, que se programa por ordenador.

"El glúteo resulta más efectivo para reemplazar el esfínter porque se trata de un músculo muy próximo que interviene también en el correcto funcionamiento muscular de la zona", explica Devesa. El neuroestimulador se recarga cada cuatro o siete años mediante una sencilla intervención quirúrgica con anestesia local.

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