Querida loca
Hay que tener mucho cuidado con los elogios. Yo digo el justo: que Pavlowsky hace un monólogo inteligente. Puedo asustar. Si añado además que es culto, le hundo. Hay un público que repele todo eso, por las trampas que ha ido encerrando. Sin embargo, Pavlowsky hace un espectáculo inteligente, culto, con un texto muy bien escrito y muy bien dicho (como en la paráfrasis del título por Crimen y castigo) y, además, es divertido. ¡No conseguirá ocultar que es pesimista! Hasta el punto de que hace su propia necrología... Y, sin embargo, entretiene, da risa o sonrisa, cautiva.Es una nueva manera del showman tan acreditado y tan querido en España. No renuncia a su condición deloca: la exhibe y la acaricia con una ropa ambigua, pero no exhibe trajes ni corretea por entre el público y le compromete, como hacía antes. Yo le prefiero así: supongo que sus antiguos espectadores, que han cambiado al mismo tiempo que él, también le preferirán; y que los nuevos encontrarán en él una fascinante manera de hacer teatro de una sola persona. Los que hubo en la tarde del estreno le aplaudieron con el mismo entusiasmo de siempre.
Rimel y castigo
Espectáculo de Ángel Pavlowsky Ambientación: Mánica Quintana. Iluminación: Carlos Valero. Vestuario: Ramón Ramis. Piano: Amílcar Bufano. Teatro Alcázar, Madrid.