Los candienses se felicitan reacción de su ministro de Pesca
La prensa canadiense parecía estar muy satisfecha de la actitud belicosa de su ministro de Pesca, Brian Tobin, y no dudaba en calificar la captura del barco español como una rotunda victoria. "Canadá dispara y apresa al pesquero español", titulaba ayer The Globe and Mail, uno de los tres diarios más populares de Toronto. "Los canadienses detienen al buque español, decía el Toronto Star. "¿Piratas? Estamos orgullosos de eso, dice Tobin", titulaba en gigantescos caracteres la primera página del Toronto Sun, informa Eric de la Chenais."Diplomacia a cañonazos". "Disparos en la guerra del pescado". La sorpredente noticia de que la Armada había disparado y apresado un buque español llenaba las primeras páginas de la prensa caniendese de costa a costa. Incluso en el oeste del país se comentaba la dramática captura, dice Scott Burnside del Toronto Sun.
En Ottawa, la oposición a la decisión de Tobin fue escasa. Incluso el periódico en español de Toronto, El Popular, señalaba que, si la ley no había sido respetada, los barcos españoles tenían que pagar su falta. "No creo que el Gobierno canadiense haya ido demasiado lejos"decía Eduardo Urueña, de El Popular.
"Hace siete años que las flotas europeas vienen saqueando los bancos de bacalaos y fletanes, pese a que sus existencias están al borde de la desaparición", señalaba el gobernador de la provincia de Newfoundland, Clyde Wells.
Cita en St. John's
La reacción más fuerte fue la de los pescadores de St. John's, ciudad hasta la que será escoltado el Estai. Más de cien pescadores se concentraron ante al Departamento Federal de Pesca de St. John's el jueves pasado para manifestar su alegría cuando se enteraron de la para ellos buena noticia. El representante del sindicato de los pescadores, Earle McCurdy, dijo que en su vida había, experimentado una alegría tan grande. Los medios de Comunicación de Canadá, y de todo el mundo, llegaron hasta el puerto de St John's para asistir, el próximo domingo, a la llegada del Estai con su capitán y su tripulación a bordo..
Tras la guerra del bonito, que hizo correr ríos de tinta el verano pasado, le llega ahora el turno a la guerra del fletán. La batalla, que se libra tanto en el mar como en las embajadas de Europa y Canadá, empezó cuando el Gobierno canadiense comunicó la modificación de sus reglamentos pesqueros. La nueva regla consiste, para Canadá, en concederse el derecho de actuar fuera de sus 200 millas jurisdiccionales, y específicamente contra los pesqueros españoles y portugueses.
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