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París dedica un museo a la escultura de Maillol

La colección incluye también obras de Gauguin, Matisse, Picasso, Renoir y Degas

En 1964, Dina Vierny donó al Estado francés un total de 18 bronces de Maillol. André Malraux, el incombustible ministro de Cultura de De Gaulle, decide instalarlas en los jardines de las Tullerías. Él gran público descubre al escultor, se deja seducir por esas mujeres desnudas que reclaman ser acariciadas. Los museos de todo el mundo reclaman esculturas de Maillol. Es el momento de oro de Dina Vierny, su musa y heredera. Ayer, 9 de marzo de 1995, Dina le devuelve a Aristide Maillol todo lo que él le proporcionó y abre las puertas del Musée Maillol-Fondation Dina Vierny.

"El museo aún no está acabado; necesita ser visitado, ser amado, proporcionar placer a quienes lo descubran", explica Dina Vierny, que dice estar convencida de que "el sueño de todo artista es ser amado". Ella nació en Odesa y, a los siete años, su familia emigra a Francia. Cuando tiene sólo 14 se encuentra por primera vez con Aristide Maillol y, en 1934, cuando el artista cumple 73, se convierte en su única modelo y musa. Ya no se separarán hasta la muerte de él, en 1944, a causa de un accidente de coche. Dina, que ha posado para él -como Bonnard, Duffy y Matisse-, se convierte en su ejecutora testamentaria y en galerista y mar chante.

"Todo lo que vale dinero es copiado, pero lo que no vale nada, nadie lo copia", dice Dina para justificar su voluntad de controlar con mano de hierro la edición de maillols y mantener o aumentar la cotización del artista. Habla con mucha franqueza de dinero: "La fundación fue creada en 1983, con un capital de 12 millones de francos. El museo lo he pagado yo, trabajando como especialista en varios grandes museos que querían mejorar sus colecciones. Mi fundación, el Museo Maillol, se ha construido a lo largo de 14 años, y no voy a decirle lo que me ha costado por que la he pagado yo sola, sin ninguna ayuda pública, que quizá ahora llegue. Para autofinanciarnos, contamos con la venta de unos últimos tirajes y con las donaciones y legados".

El Museo Maillol no contiene tan sólo grandes esculturas o decenas de telas, tapices, terracotas o dibujos del artista de Banyuls. Contemporáneos suyos como Bonnard, Maurice Denis, Gauguin, Odile Redon, Dufy, Matisse, Picasso, Foujita, Cézanne, Renoir, Degas o Kandisky, entre otros, están presentes con varias obras, en algunos casos excepcionales.

Pero el museo también contiene muchísimas telas naïves de Bombois, Bauchan, Seraphine, etcétera, que corresponden al gusto de Dina, o una impresionante colección de telas y dibujos de Poliakoff y de soviéticos posutópicos: Kabákov, Rabin, Boulátov y Yankilievsk¡. La fundación pretende organizar dos exposiciones temporales al año, ser el centro de referencia de pintura naïf y ampliarse al terreno de los juguetes -"mi colección es la mejor del mundo", afirma Dina-.

La catalanidad de Maillol está fuera de dudas: "No se sentía catalán, sino que era catalán. Era su lengua; cuando iba a Barcelona se sentía en su casa, pero no era nacionalista, como yo tampoco lo soy".

Resistente dos veces detenida por los nazis, descubridora de artistas, entusiasta de la arquitectura de Auguste Perret, cuenta, como gran prueba de amor del anciano escultor, que éste la envió a Matisse para que posase para él en una serie de desnudos. La carta de presentación ante Matisse, decía sólo esto: "Le envío el objeto de mi trabajo. Usted lo reducirá a un trazo". Lo cuenta con emoción, pero riéndose.

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