Víctimas del olvido
La maldita y ruinosa marquesina se derrumbó por la tarde, a una hora -sobre las siete- en la que la acera del cine Bilbao -situado en la céntrica calle de Fuencarral- estaba muy concurrida de transeúntes y personas que hacían cola frente a la taquilla para adquirir una entrada.En la tragedia del cine Bilbao murieron aplastadas seis personas: Alfredo Moreras Espinosa, de 46 años, y su hijo Alfredo, de 12; Petra Díaz Arribas, de 52 años; Irene Toledo García, de 19; Gervasio Berciano Correa, de 52, y una mujer de 60 años que vendía pipas a las puertas del cine. Otras 12 personas resultaron heridas. Destacó entre éstas Monserrat Sanz Arlegui, de 40 años. Esta mujer, profesora de educación general básica, perdió en la tragedia a su esposo, Alfredo, y a su hijo de 12 años. Los tres, junto con otra hija del matrimonio que resultó ilesa porque poco antes del desplome se había separado de ellos para hacer una compra, habían decidido esa tarde ver la película Sister act, que se estrenaba en el cine Bilbao. La pierna de Monserrat quedó aplastada bajo los cascotes de la marquesina.
Cuando recuperó la conciencia, aprisionada dentro de aquel infierno, observó, sin poder moverse, los cuerpos de su hijo y su marido aplastados por una gran losa. También observó unos cristales rotos que le apuntaban como guillotina desde lo alto.
Tras la tragedia, Monserrat ha estado más de un ano yendo todos los días al Gregorio Marañón para hacer ejercicios de rehabilitación en su pierna. Tuvo que cambiarse de casa porque su economía empeoró gravemente a raíz de la tragedia -su marido también trabajaba- y no tenía suficiente para pagar el alquiler. Hace algo más de un año, Monserrat se quejaba amargamente a este periódico del olvido de las instituciones hacia las víctimas del accidente que conmocionó a Madrid el 27 de enero de 1993.
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