México investiga depósitos millonario de Ruiz Massieu en bancos de Tejas
Las cosas se van complicando para Mario Ruiz Massieu, antiguo subprocurador de México. Además de tener que afrontar en Estados Unidos un delito de violación de las leyes aduaneras, y después de que el Gobierno mexicano pidiera su ex tradición para procesarlo por encubrimiento en el asesinato de su hermano José Francisco, secretario general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la Procuraduría sigue ahora de cerca sus transferencias -que pueden rondar los 3.000 millones de pesetas- a bancos estadounidenses.
Según datos de la Procuraduría mexicana, Ruiz Massieu depositó casi siete millones de dólares (unos 875 millones de pesetas) en el Texas Commerce Bank de Houston (Tejas) entre marzo y noviembre de 1994. En ese último mes, el día 23, el entonces subprocurador dimitió de su cargo por los obstáculos que algunos sectores del PRI, dijo, ponían a sus tareas de investigación. La semana pasada, otros 17 millones de dólares (2.100 millones de pesetas) habrían sido transferidos a otra cuenta suya en el mismo Estado.Esta información fue proporcionada al Gobierno mexicano por las autoridades aduaneras estadounidenses. Con la apertura de nuevas "averiguaciones previas", la Procuraduría mexicana pretende indagar sobre el origen de estos fondos y si tienen o no relación con las tareas de Ruiz Massieu como subprocurador.
Es aquí donde se abre ahora un cauce enreda aún más la madeja. Informes de la DEA (Drug Enforcement Administration, la agencia antidrogas de Estados Unidos) a los que aludía ayer el diario mexicano Reforma relacionan al ex subprocurador con el narcotráfico.Pesquisas de la DEA
En concreto, la DEA estaría investigando los vínculos de Mario Ruiz Massieu con el llamado cartel de Tamaulipas, una de los principales organizaciones que transportan droga desde el sur del continente a Estados Unidos, y con la que también tendría presuntos contactos el hermano del ex presidente Carlos Salinas, Raúl, procesado por el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y supuestamente protegido por el entonces subprocurador.
El narcotráfico sale así a la palestra en el caso Ruiz Massieu -como ya lo hizo en los otros dos asesinatos que han sacudido el sistema político mexicano en los dos últimos años: el de Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994, y el del cardenal Juan Jesús Posadas, en mayo de 1993.
El responsable de la seguridad personal de Colosio, Fernando de la Sota, investigado ahora por su presunta participación en el asesinato del candidato presidencial priísta, llegó a tener en 1992 un expediente abierto en la Procuraduría de la República por sus supuestos vínculos con el cartel de Juárez. De aquella averiguación nunca más se supo. Otro cartel, el de Tijuana, participó de lleno en la muerte de Posadas, arzobispo de Guadalajara, acribillado en el aeropuerto de esta ciudad.Los principales grupos de traficantes, que han florecido en los últimos años al calor de las autoridades locales, han creado ya verdaderas redes de narcopolítica que actúan como un poder paralelo donde se prestan favores recíprocos.
Algunas informaciones apuntan al cartel de Juárez como el mejor infiltrado en las esferas políticas, policiales y judiciales. Este grupo, dedicado por sus buenas relaciones al lavado de dinero negro y al tráfico de influencias, sería en opinión de algunos expertos el vínculo que une a los asesinatos de Colosio con el de Ruiz Massieu
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