El Gobierno marroquí se plantea como prioridad "recuperar" Ceuta y Melilla

La "recuperación" de Ceuta y Melilla es uno de los objetivos prioritarios del nuevo Ejecutivo marroquí. Tanto, que el asunto abrió ayer el discurso en el que el primer ministro, Abdelatif Filali, presentó ante el Parlamento su programa. Fiiali criticó con dureza a España por la aprobación, el pasado 22 de febrero, de los estatutos de autonomía de ambas ciudades, algo "negativo" y "contrario al tratado de amistad hispano-marroquí

El primer ministro y a su vez responsable de la cartera de Asuntos Exteriores, aseguró que Marruecos considera "sin efecto los estatutos de autonomía de Ceuta y Melilla". Filali afirmó que "en razón de las relaciones de amistad con España, Marruecos privilegiará la vía del diálogo y la concertación" para la recuperación de las dos ciudades.El jefe del nuevo Ejecutivo marroquí, nombrado por Hassan II el pasado lunes 27 de febrero, reivindicó además la puesta en marcha de la célula de reflexión, sugerida hace años por el propio monarca, como "el mejor medio para discutir el futuro de las dos ciudades, en el marco de la soberanía marroquí y la salvaguardia de los intereses económicos, españoles de los que allí viven".

La reivindicación de Ceuta y Melilla ocupa un lugar importante dentro del programa de gobierno, que deberá ser debatido y aprobado por la Cámara de Rabat en los próximos días, tal y como lo estipula el artículo 39 de la Constitución marroquí.

Filali abordó el tema, con claridad, pocos minutos después de iniciado el discurso y al señalar los objetivos prioritarios de su gabinete, entre los que se encuentran, además, la integridad territorial, el proyecto de la Unión magrebí y la defensa de la verdadera imagen del Islam como religión de "tolerancia, apertura, moderación y diálogo" frente al auge del fundamentalismo.

Voto garantizado

Las reivindicaciones territoriales expresadas en este programa de gobierno, que será debatido a lo largo de la próxima semana, asegurarán el voto de todos los partidos representados en la Cámara, incluidos los de la oposición democrática, que se negaron a formar gobierno y que han venido anunciando una política de abierto enfrentamiento con el nuevo ejecutivo marroquí.

Abdelatif Filali logrará así el voto de investidura y la luz verde del programa de trabajo, a pesar de que inicialmente contaba sólo con el apoyo de 146 votos sobre los 333 escaños de que se compone el Parlamento. Esos 146 votos corresponden a los de los tres partidos de derecha representados en el Gobierno marroquí: Unión Constitucional, el Movimiento Popular y el Partido Nacional Democrático.