González y Anguita

Es posible que la afirmación de Julio Anguita de que el PSOE "desaparecerá en el sumidero" (EL PAÍS, 28 de enero) si Felipe González sigue liderándolo pueda tener algo de consistencia. Lo que desde luego no tiene base real son algunas otras aseveraciones típicas del coordinador de IU, que, embargado de su narcisismo desbordante, trata de hacernos comulgar con esa rueda de molino en forma de nebulosa inextricable, a la que él llama única izquierda, y que no es otra cosa que su propia organización política, producto de una amalgama de híbridos ideológicos, bajo la vigilante mirada del águila estalinista y de su oráculo, del que siempre se echa mano cuando el designio del jefe es perturbado, al que llaman las bases.Si la culpa de que el PSOE pueda desaparecer la tiene Felipe González, no es menos cierto que habrá que construir otro partido socialista, otra izquierda, donde el fenómeno Anguita y sus epígonos forme parte de una de las etapas más hueras, sectarias y dogmáticas en la historia política de un sector de la izquierda española.-