José Luis Bote: "Ya he pagado mi cuota de tragedia"
El torero vuelve tras tres años de inactividad por una cornada
José Luis Bote está dispuesto a, ser figura, tras haber pagado su cuota de tragedia en la fiesta. Su reaparición el pasado día 11 en Valdemorillo, dónde cortó oreja, ha significado una fuerte inyección de moral, según dice: "Fue muy duro por la tremenda responsabilidad que tenía después de casi tres años, pero aunque las cosas no salieron todo lo bien que yo deseaba, en mi fuero interno triunfé y superé mi prueba de fuego". Bote fue herido muy grave en la feria de San Isidro de 1992, un percance que le tuvo en silla de ruedas y del que todavía le restan secuelas en las piernas.El madrileño no se engaña y afronta la realidad de su situación. Primero en lo físico: "Ya he asumido que me va a quedar una pequeña cojera para siempre, pero no me impide el juego normal de las piernas, que me funcionan casi a tope y lo suficiente como para torear sin ningún problema". Después, en lo profesional: "De momento no tengo ni un contrato firmado, pero sí interesantes perspectivas". Agrega que sabe que tendrá que jugársela de nuevo en Las Ventas: "Es mi única salida, la única plaza que, tanto en mi caso como en el de todos los toreros modestos, puede lanzar una carrera".
También sabe que puede frenarla si le acompaña el fracaso, por lo que confía en actuar antes de la feria de San Isidro -"en la que creo merezco un puesto sobradamente"-, en cuatro o cinco corridas. De ello se ocupara su nuevo apoderado, Pablo González, el hombre que siempre le ayudó en la sombra. También confía en la promesa que le hizo el empresario de Valdemorillo, José Félix González, de ponerle en alguna de las plazas que regenta. Una promesa que el empresario, quien acaba de romper con Manuel Romero Romerito a petición de éste, promete que va a cumplir. Mientras, su apoderado negocia con José Luis Lozano, empresario de Las Ventas, "buscando un cartel y una ganadería de prestigio", según señala.
Esta futura cita isidril, que Lozano está dispuesto a concederle, no será tan difícil como la (le Valdemorillo, dice Bote. "En Valdemorillo me pudo un poco la tremenda carga emocional y de resposabilidad que tenía", comenta, "pues sabía que era el centro de atención de toda España a través de las cámaras de televisión y por eso llegué a atropellar la razón y sólo pude desgranar algunos muletazos en mi línea de torero clásico". Y concluye con un mensaje a los que no creen en él: "En Madrid les demostraré que todavía estoy a tiempo de ser figura, porque ya he pagado sobradamente mi cuota de tragedia".
Babelia
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