La presencia de parlamentarias retrocede en los países desarrollados
El Consejo de Europa se prepara para la próxima cumbre mundial de Pekín sobre las mujeres
Las mujeres sólo representaban el año pasado el 11% de los parlamentarios de los 54 países de Europa y de América del Norte, mientras que en 1985 dicho porcentaje se situaba en el 16%, informa France Press. Este dato fue aportado la semana pasada por la presidenta irlandesa, Mary Robinson, en la conferencia europea celebrada en Estrasburgo bajo el lema Igualdad hombre-mujer, ¿utopía o desafío?
Para Robinson, el retroceso del papel de la mujer en la sociedad es manifiesto y no sólo en el terreno político. Las mujeres ocupan menos del 25% de los puestos de responsabilidad en los sindicatos de los países de la Unión Europea, y el porcentaje es aún menor en las organizaciones empresariales, afirmó la presidenta irlandesa.
La conferencia de Estrasburgo, que fue clausurada el pasado sábado , y cuyo objetivo era fijar la postura del Consejo de Europa de cara a la próxima cumbre mundial de Pekín sobre las mujeres, consideró que una condición, indispensable para conseguir un cambio estructural de la sociedad es el establecimiento de una democracia partiaria. "Es necesaria una democracia en la cual haya un equilibrio de presencia de mujeres y hombres en todas las instituciones", se afirmó en la reunión. Tal democracia consiste en que hombres y mujeres participen al 50%, con una posible variación de un máximo del 10%.
En la reunión se debatió, entre otros, el tema del establecimiento de cuotas de participación y se analizó la experiencia española, que "se ha mostrado como una medida efectiva". Los países reunidos en Estrasburgo, sin embargo, no. acordaron ninguna decisión firme de establecer una cuota de este tipo. En cualquier caso, se discutió la necesidad de hacer comprender a la sociedad que las cuotas son un medio y no un fin en sí mismo.
En la conferencia de Estrasburgo se expuso también la desigualdad de la mujer en el mercado de trabajo, en el que ocupa los puestos de mayor precariedad. Para evitarlo, el Consejo de Europa se plantea la necesidad de revisar el modelo de sociedad, consiguiendo que hombres y mujeres trabajen a tiempo parcial en las tareas productivas, al igual que en las tareas reproducitvas.
Para lograr un cambio efectivo, se han planteado algunos cambios, como la modificación de horarios laborales, de horarios de apertura comercial o de los servicios de la Administración al ciudadano.
El doble trabajo que compaginan muchas mujeres está produciendo en el mundo desarrollado una fuerte baja de la natalidad, estrés y conflictos en el seno de la pareja, así como una creciente fragilidad y falta de estabilidad. La población femenina afronta dificultades para ejercer sus carreras profesionales y participar en la vida política, sindical y cultural.
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