Los cuatro nuevos barrios de Madrid requieren una inversión de unos 350.000 millones de pesetas
El presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, y el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, podrán decir en elecciones que han resuelto una de sus principales querellas. Ambas administraciones tenían mucho interés en desatascar los planes para el crecimiento de Madrid y dar trabajo a las constructoras. La fumata blanca se produjo ayer por sorpresa. La Comunidad acepta cuatro barrios (Las Tablas, Sanchinarro y Monte Carmelo, en el norte, y el de Carabanchel, en el suroeste) de los seis que el Ayuntamiento planteaba. Para levantarlos hacen falta 350.000 millones de pesetas.
En vez de 72.205 viviendas, habrá sólo 37.307, de las que 33.000 empezarán a construirse en breve plazo. El PP no renuncia, sin embargo, al resto de los pisos: los barrios de Villa de Vallecas (21.000 viviendas) y de Arroyo del Fresno (3,240, junto al monte de El Pardo) se, incluirán en el nuevo Plan General, que el alcalde prevé que apruebe Alberto Ruiz Gallardón si gana las elecciones autonómicas de mayo y ocupa el sillón de Leguina en la Comunidad.El acuerdo firmado ayer entre el alcalde y el presidente establece que un tercio de las viviendas (12.450) que se construirán serán de protección oficial (para familias con ingresos inferiores a 3,5 veces el salario mínimo), otro tercio de precio tasado (para los que ganan hasta 5,5 veces el mínimo, según el baremo, del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente) y el resto (12.407) de precio libre. Unas 2.500 viviendas protegidas se destinarán a alquiler.
Vida muy cara
Sin embargo, el Ayuntamiento considera que las familias que ganan hasta 7,6 veces el mínimo tienen derecho a una vivienda de precio tasado porque la vida en Madrid es más cara que en otras ciudades españolas. A pesar de que Leguina se refirió ayer al tope fijado por el ministerio ("para los de clase media media", dijo), en el documento no se explicita qué baremo se usará. Para hacer realidad esos cuatro barrios (en los que vivirán tantas personas como habitantes tiene Santiago de Compostela), el Ayuntamiento y la Comunidad crearán un consorcio, similar al que gestiona el Pasillo Verde Ferroviario, en cuya presidencia, se turnarán anualmente ambas administraciones. Sólo la urbanización de lo que hoy son campos de arado costará 100.000 millones al Ayuntamiento en cuatro años. El consorcio (todavía sin bautizar) adjudicará esas obras y adjudicará las parcelas a los promotores.
El presidente de la Comunidad explicó que para llegar a ese acuerdo tras tres años de negociaciones se "han tenido muy en cuenta las posturas de los grupos municipales de la oposición (PSOE e IU). Leguina leyó unas declaraciones de Paco Herrera (el, portavoz de la coalición en el Ayuntamiento) para mostrar que la solución pactada coincide con la propuesta por Izquierda Unida.
Aunque Leguina no hizo referencia al portavoz socialista en el Ayuntamiento, Juan Barranco, quien el jueves había calificado la operación de los nuevos barrios que proponía el PP como la "mayor especulación en la ciudad desde que entraron los nacionales", el convenio firmado coincide en parte con un borrador elaborado por la Federación, Socialista Madrileña (FSM) el pasado lunes, en el que se establecía un máximo de 35.000 viviendas, 10.000 de ellas de protección oficial.
Sin embargo, ese documento apostaba por dar luz verde a tres de los ensanches (Sanchinarro, Las Tablas y Carabanchel), mientras que el acuerdo definitivo incluye también el barrio de Monte Carmelo.
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