González y Aznar no lograron ningún acuerdo durante dos horas de reunión secreta el día 30
El jefe del Gobierno, Felipe González, y el presidente del PP, José María Aznar, mantuvieron el lunes de la pasada semana, día 30, una entrevista secreta de dos horas que se zanjó sin que ninguno de ellos modificara sus posiciones. Aznar insistió en su tesis del adelanto de las elecciones legislativas para salir de la crisis política y González defendió la conveniencia de continuar la actividad del Gobierno al menos un año para aprovechar así la recuperación económica. Pese al desacuerdo de fondo entre ambos dirigentes políticos, el encuentro permitió al menos una pequeña distensión.
Felipe González acudió a la reunión con la intención de plantear a José María Aznar su propia idea sobre el calendario electoral: convocatoria de elecciones generales dentro de un año, una vez que se haya cubierto la presidencia de la Unión Europea (UE) del segundo semestre de 1995, a cambio de que el líder de la oposición aceptara una especie de tregua política durante los próximos meses.Pero Aznar se mantuvo firme en sus posiciones: la actual situación es insostenible y la única salida son unas elecciones anticipadas. No obstante, el presidente del Partido Popular aseguró a González que, para no incrementar aún más la tensión, no presentaría por el momento la moción de censura, lo que éste le agradeció. La reunión se selló con un pacto de silencio absoluto que, sin embargo, sólo ha durado una semana.
El mismo lunes, inmediatamente después del encuentro a solas con Felipe González, José María Aznar acudió a una conferencia al Club Siglo XXI, y posteriormente a la cadena SER.
En una entrevista con el periodista Carlos Llamas, director del programa Hora 25 de la SER, el líder del PP anuncié que no aprovecharía el debate sobre el estado de la nación para presentar una moción de censura al Gobierno. Al día siguiente, Felipe González agradeció públicamente en Santiago de Compostela la actitud de Aznar que, a juicio del presidente del Gobierno, contribuía a distender la situación política.
'Caso GAL
No obstante, el enquistamiento de ambos líderes en sus posiciones políticas permite augurar que el debate que hoy comienza registrará un tono de gran dureza. Las declaraciones que ayer mismo hizo el secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, fueron toda una demostración. Álvarez Cascos acusó al Gobierno de encubrir a los GAL con maniobras jurídicas.
Aznar sigue considerando que, en el fondo, la causa última de la corrupción está la larga permanencia de Felipe González en el poder y éste cree que su oponente no tiene sentido de Estado.
En el PSOE se asegura que el presidente del Gobierno tratará de contraatacar en la intervención que hoy abrirá el debate. Felipe González ha recibido numerosas sugerencias de sus asesores y del partido para que no caiga en la tentación de hacer una intervención muy institucional y que tenga en cuenta la situación de su partido, que atraviesa por momentos de acoso inusitados.
El presidente del Gobierno preparó ayer su discurso parlamentario a. partir de los borradores que le han pasado sus asesores. "Va a hablar de todo. No eludirá ningún tema", manifestaron ayer fuentes de La Moncloa, en clara referencia a que abordará el problema político planteado por el caso GAL, al que no se le dedicó ni una línea en la comunicación enviada por el Gobierno al Congreso de los Diputados el pasado 31 de enero.
Felipe González tiene al alcance de la mano el objetivo de comprobar la vigencia su pacto con Convergència i Unió, con la votación de una moción conjunta que se producirá mañana tras la negociación cerrada con los nacionalistas catalanes. Se trata de convencer al electorado y a los medios políticos y financieros internacionales de que se abre un horizonte de estabilidad política, pactado con Convergència de al menos un año.
Crisis, de credibilidad
El presidente del Gobierno tendrá que desplegarse a fondo y superar la inédita crisis de credibilidad que sufre en sus doce años de Gobierno. Una crisis que el propio Felipe González admitió la pasada semana, en su intervención en la Universidad de Lovaina, en el acto de su investidura como doctor honoris causa, en la que llegó a recordar el pesimismo del fin de siglo y la generación del 98.
Ése es el gran reto que hoy se le plantea a González y será precisamente en ese terreno en el que le ataquen con toda, su artillería disponible los dos principales líderes de la oposición, José María Aznar y Julio Anguita. La enumeración de escándalos con la coletilla final del adelanto electoral y de la petición de dimisión del presidente del Gobierno serán las claves de las intervenciones; de los líderes del PP e Izquierda Unida (IU), respectivamente.
[Por otro lado, la entrevista de José María Aznar con Iñaki Gabilondo emitida el pasado lunes por TVE tuvo una audiencia media de 5,7 millones de espectadores, un 74% de los 7,7 millones de espectadores que el pasado 9 de enero siguieron la entrevista con Felipe González en el mismo espacio televisivo].
El Grupo Socialista cierra filas y aprueba por unanimidad la gestión de Almunia
Las aguas socialistas discurren calmadas, como se apreció ayer en la reunión del Grupo Parlamentario Socialista en la que se aprobó por unanimidad la gestión de su presidente, Joaquín Almunia. Su nombramiento, el pasado mes de junio, como su primer balance de gestión el pasado septiembre fue contestado por el sector guerrista del PSOE. El acoso exterior y las dificultades por las que atraviesa el PSOE han contribuido decisivamente al cierre de filas.Los comentarios de los guerristas oscilaban entre los de quienes apelaban "a la responsabilidad" para no abrir nuevos frentes de conflicto y los de quienes, en tono de broma, señalaban, que el horno no está para bollos. La idea de que las desgracias1an unido a todas las familias del PSOE era ayer patente, tanto en esta reunión como la que se acababa de celebrar en la sede federal del PSOE de Madrid, con el comité electoral de listas como principal tema de debate.
Este comité, compuesto por los principales miembros de la ejecutiva federal, Joaquín Almunia, Cipriá Ciscar, Txiki Benegas, Francisco Fernández Marugán, y los mierabros del comité federal Francisco Fuentes, Alfonso Perales, Carmen Cerdeira y Alberto Pérez Ferré dio el visto bueno a más del 90% de los cabezas de lista que su partido presentará a las elecciones municipales. Tan sólo queda pendiente resolver la inacabable pelea del PSOE aragonés y algún fleco en Murcia.
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