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GUERRA SUCIA CONTRA ETA

La bomba judicial que guarda Garzón

José Amedo y Michel Domínguez volveran a prisión si son condenados por la matanza del café Monbar

Miguel González

El secuestro de Segundo Marey, que ha puesto entre rejas a los antiguos responsables del Ministerio del Interior, es un delito menor comparado con la matanza del café Monbar, el crimen más grave en la historia de la guerra sucia contra ETA. Incluso Coalición Popular, predecesora del PP, calificó de "horroroso atentado" el perpetrado el 25 de septiembre de 1985 en Bayona (Francia) por la "banda criminal" GAL, según la calificó aquel día el ministro José Barrionuevo.José María Etxaniz, Potro; lñaki Astiasuinzarra, Beltza; José María Irazusta, Legra, y Xabin Etxaide, cuatro presuntos miembros de ETA, murieron acribillados en el café Monbar por las balas de dos pistoleros que disparo indiscriminadamente contra el interior del local, lleno de vascoespañoles que seguían por televisión el partido de fútbol España-lslandía. La estrechez de las calles del casco viejo de Bayona dificultó la huida de los asesinos, Pierre Frugoli y Lucien Mattei, dos hampones marselleses que fueron capturados por los demás clientes del bar.Hasta el 14 de marzo de 1989, la investigación de la matanza del Monbar formaba parte del sumario instruido por Baltasar Garzón contra los ex-policías Amedo y Domínguez. Ese día, sin embargo, la Audiencia Nacional , a petición del propio juez, decidió desglosar, este crimen, al igual que el secuestro de Segundo Marey, del sumario principal y abrir procedimiento independiente. Hoy, el caso Monbar está en el juzgado de Garzón, que en cualquier momento podría reactivarlo; por ejemplo, tomando declaración a Amedo y Domínguez, que no han sido todavía interrogados sobre la matanza, aunque hace dos meses que recuperaron la memoria respecto a su participación en las andanzas de los GAL.

Cuando Garzón abrió causa aparte para el atentado del Monbar contaba ya con algunos indicios que apuntaban a Amedo y Domínguez. Según consta en el sumario, Mattei y Frugoli, condenados en Francia por este hecho, estuvieron hospedados entre el 23 y el 26 de septiembre de 1985 en el hotel Orly de San Sebastián, desde donde se desplazaron a Hendaya para cometer el crimen, junto a otras dos personas que no ha sido identificadas. En esas mismas fechas, Amedo y Domínguez estaban también en San Sebastián; pero no figuran registrados en ningún hotel.El 18 de enero de 1990, José Ramón Garmendia, guardia de seguridad del casino Kursaal de San Sebastián, declaró ante Garzón que era frecuente ver por allí a Amedo y Domínguez, "días antes o después de los atentados reivindicados por Los GAL, comentando siempre los compañeros al verlos que ya ocurriría algo". Al menos en dos ocasiones, vio a Mattei con los dos policías, "con los cuales observó que hablaba discretamente junto a la barra".El juez tomó declaración también a Agustín Irastorza, camarero del hotel Londres, donde está ubicado el casino, quien dijo haber visto a Mattei "en fechas próximas al atentado de Monbar", y recuerda que, el día del crimen, "los señores Amedo y Domínguez estuvieron cenando en la cafetería, recibiendo una llamada de teléfono para el señor Thomas y habiéndose levantado uno de los dos a recibir la llamada".

Garzón mandó una comisión rogatoria a Francia para preguntar a los mercenarios presos si fueron Amedo y Domínguez quienes les contrataron. Frugoli no quiso responder, mientras que Mattei aseguró no conocerlos, lo que resultaba lógico con su línea de defensa, consistente en negar toda participación en el atentado. Más aún en aquella fecha, mayo de 1988, cuando su condena todavía no era firme.

Sin embargo, durante el juicio celebrado en Pau,en diciembre de 1987, Frugoli encontró un "enorme parecido" entre la fotografía de Amedo que le fue mostrada y la persona que les contrató. Según la sentencia, Mattei y Frugoli fueron contactados en un bar de Marsella por alguien que se hacía llamar Francis, con quien se encontraron en el hotel Orly de San Sebastián un día antes del ataque al Monbar. Francis les ofreció 100.000 francos. (unos dos millones de pesetas) y 5.0.000 más por cada muerto, les acompañó a Bayona, les dio las armas y les señaló los objétivosSi Amedo y Domínguez fuesen condenados por el atentado del Monbar perderían, con toda probabilidad, los beneficios que están disfrutando por su condición de arrepentidos. El artículo 57 bis a) del Código Penal prevé incluso la remisión total de la pena para el reo de delitos de terrorismo cuya conducta "hubiere tenido una particular trascendencia para identificar a los delincuentes", pero condiciona esta generosidad a que "no se imputen al mismo en concepto de autor acciones que hubieren producido la muerte de alguna persona".

Amedo y Domínguez, en sus confesiones, tan espectaculares como parciales, han tenido el cuidado de evitar toda alusión a la matanza del Monbar, el mayor crimen de los GAL.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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