Puntualizaciones
El propósito de nuestra carta es el de puntualizar algunas afirmaciones realizadas en su periódico, en el editorial Ahorro y despilfarro en la sanidad, del viernes 16 de diciembre de 1994.En dicho artículo se alude a nuestro hospital cuando se compara el precio de un generador de marcapasos como mucho más caro que en otro hospital de Madrid. En nuestra opinión, y por las cifras manejadas (626.449 pesetas frente a 230.939 pesetas), creemos que los datos no han sido utilizados con el rigor necesario y, desde luego, son erróneos. El ciudadano debe saber que existen más de siete niveles de tecnología y de prestaciones posibles, dentro de la amplia gama de marcapasos que hay en el mercado, y las diferencias de coste entre los más sencillos y los más sofisticados son muy importantes, incluso más que la citada anteriormente. Por ello estamos seguros de que las cifras referidas corresponden a dos marcapasos de prestaciones muy diferentes, y, por tanto, como la noticia no refiere marca ni modelo de los mismos, creemos que no se le debe conceder el menor valor informativo. Además, dudamos mucho que se pueda encontrar en ningún centro de la sanidad pública un marcapasos con el precio de 230.939 pesetas, y, si existe, tememos que no posea la tecnología y prestaciones mínimas que pedimos a un dispositivo de esta naturaleza para implantarlo en nuestros pacientes.
Algo más adelante se dice, textualmente: "El hecho de que en muchos casos sean los médicos quienes deciden la, compra facilita la existencia (de pequeñas corruptelas, que deben ser erradicada?.
Afortunadamente, todavía se nos permite a los médicos decidir, no cómo realizar una compra, sino qué material implantable es el más adecuado. Quizá el público beneficiario de nuestra atención no entendería bien que una elección de este tipo la hiciera un administrativo o un gestor. Nunca hemos participado en la gestión de los precios de compra del material que implantamos, y la responsabilidad de los mismos y sus implicaciones son competencia exclusiva de la Administración.
Seguramente, gran parte del desprestigio y desconfianza sociales bajo los que hemos de desarrollar actualmente nuestra labor se deben a la falta de rigor informativo con que, a veces, se acosa a nuestra profesión, endosándonos responsabilidades que deben ser asumidas a otros niveles. Creemos que ello no es bueno para la sanidad pública, nuestro cometido diario y sobre todo, para nuestros pacientes. y cuatro firmas más. Servicio de cirugía cardiaca de adultos. Hospital La Paz.
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