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Los presidentes del Gobierno y del Parlamento piden a Yeltsin que recorte las competencias de Defensa

Pilar Bonet

Los presidentes del Gobierno y del Parlamento rusos intentaron convencer ayer al presidente Borís Yeltsin de que, en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, ponga bajo sus órdenes directas al Estado Mayor del Ejército y debilite así la esfera de competencias del Ministerio de Defensa. Los dirigentes de Rusia se mostraron incapaces de adoptar iniciativas que pongan fin al derramamiento de sangre en aquella república. Entre los políticos moscovitas se evidenció ayer un amplio consenso sólo para crear comisiones parlamentarias que investiguen cómo se ha llegado a la situación de hoy a partir de 1991, cuando la República de Chechenia se declaró independiente de Moscú de forma unilateral.

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Yeltsin se reunió con los jefes de las dos cámaras parlamentarias, Iván Ribkin, de la Duma Estatal, y VIadímir Shumeiko, del Consejo de la Federación, así como con el jefe del Gobierno, Víctor Chernomirdin. A juzgar por la información del encuentro dada por Shumeiko y divulgada por la agencia Itar-Tass, "una importante conclusión alcanzada por los participantes en el encuentro consiste en que el Estado Mayor debe salir fuera de la estructura del Ministerio de Defensa y someterse directamente al comandante en jefe y presidente de la Federación Rusa".Según la agencia, el Estado Mayor debe encargarse de la reorganización del Ejército y el ministerio debe dedicarse única y exclusivamente a la preparación militar de los soldados. "Y entonces tendremos a quién pedir cuentas de por qué no funciona la reforma en las Fuerzas Armadas", dijo Shumeiko.

En una primera reacción, el jefe del Estado Mayor, general Mijafl Kolésnikov, dijo que la propuesta realizada de Yeltsin era "absolutamente inesperada", y que para estudiarla debería crearse una comisión bajo el patrocinio del Consejo de Seguridad. Se mostró partidario, por el contrario, de reforzar las competencias de su departamento.

El titular de Defensa, Pável Grachov, voló ayer hacia la base de Mozdok, en la república de Osetia del Norte, con la intención de reunirse con los altos mandos militares. Fuentes próximas a la Administración manifestaron ayer a esta corresponsal que el intento de Yeltsin de mandar directamente al Estado Mayor puede encontrar oposición por parte de Grachov y del viceprimer jefe del Gobierno, Nikolái Yegorov, considerado el principal impulsor de la intervención militar en Chechenia.

Al cumplirse exactamente un mes desde la entrada de las tropas rusas en Chechenia, la Duma Estatal rechazó ayer el orden del día propuesto por los liberales, que querían examinar propuestas de ley para regular, y restringir el uso del Ejército en el interior del país. La Duma debatió, no obstante, el caso checheno y escuchó a los diputados que acababan de llegar de aquella república. Los legisladores intervinieron en un tono muy emotivo y denunciaron desmanes por parte de las tropas rusas, tales como saqueos, robos y violaciones, aparte de los ataques a la población civil y el uso de municiones de gran efecto destructivo. El diputado Viacheslav Marichev desplegó una pancarta alusiva a las actividades del Defensor del Pueblo de Rusia, Sergei Kovaliov, en Chechenia, pidiéndole que deje en paz a Rusia y a los soldados rusos. Kovaliov se ha mostrado especialmente crítico con la intervención militar rusa.

Un periodista alemán, Jochen Piest, de 30 años, corresponsal de la revista Stern en Moscú, murió el martes en la localidad de Chervlionaia, a 60 kilómetros de Grozni, víctima de un combatiente suicida checheno.

Ataques artifieros

En Grozni, las tropas rusas iniciaron un nuevo ataque contra el palacio presidencial, que fue alcanzado en dos ocasiones por la artillería. Los combates por el edificio del Comité de Seguridad continuaban. Los aviones sobrevolaron la ciudad, pero no bombardearon y, en condiciones de gran secreto, el general Dzhojar Dudáiev dio una conferencia de prensa a varios kilómetros de Grozni Dudáiev se mostró dispuesto a negociar con las autoridades rusas sobre el rango dé la república, y aseguró que en esta guerra, no puede haber vencedores.

El impacto de la guerra se deja sentir ya en las provincias rusas, cuyos medios de comunicación Informan de los muertos locales.

[Los embajadores de la OTAN se reunieron ayer en Bruselas para estudiar la crisis chechena y pidieron el fin de la violencia "lo antes posible". Por su parte, el nuevo presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, Jesse Helms, aseguró que el presidente Borís Yeltsin corre el riesgo de perder la ayuda de EE, UU si continúa la "brutalidad" rusa en Chechenia. Washington, ase guró ayer, además, que Rusia no ha cumplido todos sus copromisos con la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa). Moscú, mientras, anunció que aceptará la colaboración de la OSCE, en la búsqueda de una solución para la crisis chechena.]

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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