Pavarotti no actuará en SaIzburgo mientras Mortier dirija el festival

El tenor italiano Lucciano Pavarotti ha anunciado que boicoteará el Festival de Salzburgo y no se presentará en él, mientras el belga Gérard Mortier siga siendo su director. En declaraciones al semanario austriaco News, Pavarotti ataca duramente a Mortier, vengando por primera vez la lengua tan ingeniosa como ofensiva del director de Salzburgo.Las críticas de Mortier son públicas y van desde la descalificación de los conciertos al aire libre de los grandes tenores, hasta la gordura de Pavarotti. En una entrevista con EL PAÍS, Mortier dijo en una de sus humoradas que las puertas de Salzburgo eran "demasiado angostas para Jessey Norman o Pavarotti". "Bajo ninguna circunstancia", asegura ahora el tenor, se presentará en los escenarios del festival europeo más importante de música "porque a Mortier no le gusta la gente grande". "Mientras él permanezca en el cargo, no tengo nada que hacer en Salzburgo. Seguro que no es una pérdida tan grande para el festival".

Pavarotti se presentó en Salzburgo con espectaculares éxitos, bajo la batuta del desaparecido Herbert von Karajan, en las óperas Idomeneo y Tosca y recuerda con nostalgia esos días: "Sí, Dios mío, con Karajan eran otros tiempos y desgraciadamente ha sido ahora reemplazado por el señor Mortier". "Para el señor Mortier, es seguramente positivo estar en Salzburgo. La pregunta es si es realmente positivo para el festival que él esté allí", ha afirmado el tenor.

Mortier, que es capaz de generar la admiración absoluta por sus posturas de vanguardia y las rabias incontroladas de otros, por sus declaraciones cargadas dé veneno, no ha reaccionado aún frente al anuncio de boicoteo de Pavarotti. El director del festival ganó un número considerable de enemigos cuando se atrevió a calificar a los músicos de la Orquesta Filarmónica de Viena como "parásitos" o "vacas sagradas". El ataque causó indignación entre los músicos.

Pavarotti se presentará el 18 de junio próximo en un concierto para 16.000 personas en el Palacio de Schönbrunn en Viena y las entradas están prácticamente agotadas.