La tercera Primavera del Diseño reivindica lo funcional frente al abuso de lo estético
La manifestación bienal presentará en Barcelona 40 actividades
La tercera edición de la Primavera del Diseño, manifestación bienal que este año se celebrará entre los meses de marzo y mayo en Barcelona, presentará cerca de cuarenta actividades que, pese a su diversidad, tendrán en común una mayor atención a los aspectos funcionales del diseño y su aplicación industrial, aunque atendiendo también a su carácter cultural y estético. Enric Franch, su comisario, indicó que esta edición será "continuista", aunque con el matiz diferencial de que se "radicalizará su eclecticismo" incluyendo un mayor número de tendencias.
Hubo un tiempo en que el diseño estaba tan de moda que llegó a convertirse en una coletilla inseparable de modernidad, o posmodernidad, que entonces era lo mismo. Fueron momentos de euforia que sirvieron sobre todo para popularizar el termino entre un público amplio. Barcelona, en este sentido, fue y sigue siendo uno de los centros principales del diseño en el campo europeo y llegó incluso a proponer el disseny como su imagen de marca. En este contexto nació, en 1991, la Primavera del Diseño, una manífestación de carácter bienal que reúne a lo largo de dos o tres meses múltiples actividades relacionadas con esta disciplina. Los promotores del certamen son institucionales -el Ayuntamiento de Barcelona y los departamentos de Cultura e Industria de la Generalitat-, aunque a él se suman todo tipo de entidades, escuelas e instituciones. El presupuesto de organización es de 30 millones de pesetas, si bien se calcula que el conjunto de las actividades tiene un coste global de unos 250 millones de pesetas. Desde el principio se pensó que en cada edición se cambiaría el comisariado para mostrar así diferentes tendencias en el mundo del diseño, si bien en las dos primeras repitieron esta responsabilidad los diseñadores Juli Capella y Quim Larrea. Este año el comisario es Enric Franch, también diseñador, que ha elegido como lema la contraposición entre tradición -que él define como la vuelta a la línea funcionalista o artesanal y al "trabajo bien hecho" -e innovación, basada sobre todo en la aplicación de las nuevas tecnologías. "Quería que fuera continuista respecto a lo anterior, pero las cosas cambian mucho. Han sido unos años de excesos en los que se ha hablado mucho de diseño y se han hecho muchas producciones variadas y eclécticas. Creo que fue un error la euforia de años pasados, y también lo es el pesimismo que hay ahora sobre la supuesta crisis del diseño. Buscamos el punto de equilibrio". Según Franch, "no hay diseño, hay diseños", y el objetivo de esta edición será mostrar un amplio espectro de las propuestas que conviven. actualmente, desde las que dan prioridad a la utilidad y la función del objeto a los que se centran exclusivamente en su estética innovadora. El comisario considera que en general se ha dado mucha difusión a las tendencias posmodernas y ahora vuelven a incorporarse aspectos de la tradición racionalista "que habían quedado olvidados". También se incluirán otros campos de diseño menos conocidos, como el relacionado con las industrias de servicios o las farmacéuticas, así como producciones de tipo casi artesanal.
Exposiciones
El programa global de actividades aún no se ha cerrado, aunque está previsto que incluya unas cuarenta actividades entre exposiciones, conferencias y encuentros. Entre las primeras destacan las dedicadas al prestigioso diseñador italiano Achile Castiglioni, que obtuvo el galardón internacional Barcelona Disseny en la pasada edición. También se dedicará una exposición al joven diseñador francés Martin Szekely, que conjuga la tradición racionalista con la incorporación de nuevos materiales, por ejemplo la fibra óptica, en sus diseños. La tercera gran exhibición individual estará dedicada al diseñador catalán Caries Riart. Entre las exposiciones temáticas destaca una dedicada al embalaje. y envasado, un sector en el que se relacionan directamente la industria y la estética, y que sólo en Cataluña factura cerca de 300.000 millones de pesetas al año. Paralelamente a las exposiciones, se celebrará un ciclo de conferencias en torno al diseño en Barcelona entre los años ochenta y noventa.
Babelia
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