Buen pie desde su arranque

El Premio Nadal arrancó ya con buen pie. Carmen Laforet fue premiada el 6 de enero de 1945 con 5.000 pesetas por Nada, una novela de la que se han vendido medio millón dé ejemplares y que, está considerada como una de las fundamentalesde la literatura española de la posguerra. Fue el principio de un historial jalonado de grandes nombres, entre los que se encuentran los de Miguel Delibes, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana María Matute, Jesús Fernández Santos y Álvaro Cunqueiro.El premió nació con dos vocaciones: dar a conocer a autores noveles y dar prioridad al aspecto literario. Y Laforet confirmó las dos reglas. Era la novela de una debutante, pero se trataba sobre todo de la apuesta por una obra que se impuso a. la del oficialista César González Ruano. Se trataba de una garantía de calidad, que se confirmó en 1947 cuando el también entonces novel Miguel Deibes obtuvo el premio con La sombra del ciprés es alargada -también una obra mítica de la posguerra- frente a Juan Manuel Pombo Angulo. Aquel año quedó precisamente, finalista Ana María Matute -tenía entonces 19 años- con Los Abel. Matute obtuvo el Nadal en 1959 con Primera memoria.

El premio, convertido en plataforma de los jóvenes autores de la posguerra, fue creciendo en prestigio y difusión. De los 26 originales que recibió el jurado en 1944-el premio fue creado ese año por Ediciones Destino en homenaje a Eugenió Nadal, redactor jefe de la revista Destino, que hacía poco había fallecido -se ha pasado a los 328 de este año. Entonces el Nadal se otorgó en el desaparecido Café Suizo de La Rambla de Barcelona, y en 1949 se trasladó al Glaciar; al año siguiente el jurado pasa al hotel Oriente, siempre en La Rambla. Entonces el acto de concesión se había convertido en una fiesta social barcelonesa. Su traslado, definitivo al hotel Ritz, donde sé otorga cada 6 de enero durante una cena, fue en 1958.

La dotación del premio también fue subiendo: 35.000 pesetas a finales de los cuarenta, 150.000 pesetas en lá dé-. cada de los cincuenta -en 1955 obtuvo el premio El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio-y 200.000 en los setenta, para llegar a los tres millones que obtuvo anoche el galardonado. La calidad literaria ha sido uno de los aspectos más destacados del Nadal, que con el tiempo dejó de apostar por el descubrímiento de autores, al incorporarse cada vez más a la nómina de novelas presentadas algunas firmadas ya por nombres conocidos.